Baskiria
Casa de Birsk
Casa de Birsk, Baskiria
- Casa en la población de Birsk, capital de la región del mismo nombre en la República de Baskiria, actual Baskorkostán
- Casa conformada por niñas/os procedentes de Krasnovídovo, previamente evacuados a la región de Sarátov, y de donde se ven nuevamente forzados a salir como consecuencia del recrudecimiento del frente de Stalingrado.
- Adjunto aparece un extracto del testimonio de Mercedes Hernández, sobre la azarosa llegada a Birsk y el desarrollo de la estancia.
- Adjuntamos también la traducción y enlace al texto en ruso, del artículo publicado en el blog Посреди России (“En mitad de Rusia”) por Serguey Sinenko titulado “Un tañido de campana”, con información valiosa sobe los nuestros en Birsk. Las imágenes de educadoras/es y alumnas españolas, visibles más abajo, están relacionadas con la Casa de Birsk.
De Leninsk (Sarátov) a Birsk: tercera evacuación
Mercedes Hernández Pujol
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Testimonio de Mercedes Hernández, que narra la salida apresurada de Leninsk, por la proximidad con el frente de Stalingrado, y el desarrollo de la estancia en Birsk.
“Pero el cariño y la empatía (de los cuidadores) no son alimentos para el cuerpo. Por eso, durante el trayecto, en las largas esperas en vías muertas, muchos de los niños hacían batidas por las huertas del entorno, almacenes e incluso en los vagones de otros trenes en busca de razones mas concretas para calmar sus doloridos estómagos.
Cuando por fin, logramos salir de Leninsk en dirección a los Urales, de pronto oímos el sonido de los aviones alemanes que nos perseguían. Cada vez que se acercaban, el tren paraba y había que saltar a tierra. Recuerdo que la primera vez que el tren, se tuvo que detener, ante la proximidad de los aviones, una educadora abrió la puerta y ordenó saltar. Mi hermano Francisco, estando ya en tierra, me buscó con la mirada y como no me veía subió al vagón y allí me encontró en compañía de tres niñas, abrazaditas las cuatro en un rincón del vagón, temblando de miedo y sin intención de saltar. Francisco nos cogió de las manos, corrimos hacia la puerta y saltamos. En las siguientes paradas ya no hubo necesidad de empujar a nadie, todos saltábamos, pero también aprendimos que, además de saltar, había que hacerlo lo mas lejos posible del tren. Ahora mi hermano cuando se abría la puerta me cogía de la mano y saltábamos los dos juntos. Francisco y yo misma, nos asombrábamos de ver como yo era capaz de saltar, cuando jamás había hecho un esfuerzo mayor que andar.
Estando una vez mas con la puerta abierta, esperando la orden de saltar, no muy lejos del tren vimos un grupo de mujeres con niños que estaban formando cola delante de un puesto donde repartían pan. Ya en tierra, vimos como un avión bajó a ras de suelo y empezó a ametrallarlos. Con espanto veíamos como caían uno tras otro. Estando ya todos en el suelo, el avión hizo una nueva pasada y sin la más mínima piedad los volvió a ametrallar. Cuando el avión dio la vuelta para alejarse, atónitos y angustiados corrimos hacia la cola. No había supervivientes. ¡Qué horror! Todos estaban muertos. Paralizados por el terror, mirábamos atónitos y horrorizados al grupo de mujeres y niños que yacían muertos en el suelo. El tren lentamente empezó a moverse y, entre gritos y lloros, tuvimos que abandonar el horrible escenario y corrimos hacia el tren. Ese día, en el vagón, solo se oía el ruido monótono de las ruedas de tren y nuestros llantos. Era la primera vez que vimos matar a gente indefensa. Nosotros fuimos testigos de la fría crueldad del ser humano. Poco a poco nos íbamos recuperando del trauma psicológico recibido, pero no era porque nos acostumbráramos a esa fría crueldad, simplemente era porque nos alegrábamos muchísimo de haber vuelto todos al vagón y de estar otra vez todos juntos.
El viaje duro más o menos un mes. Llegamos (a Birsk) a principios del otoño.
Todos los habitantes de la ciudad se volcaron en ayudarnos. Nos proporcionaron ropa de abrigo puesto que no teníamos. Toda la ropa nos quedaba grande pero no importaba. El periódico era de multiuso, servía para todo. En primer lugar, se usaba como envoltura para los pies; en segundo lugar, en la escuela era nuestra libreta en donde, en los espacios en blanco que quedaban entre los renglones, escribíamos las lecciones y los deberes; y por ultimo se utilizaba para la higiene personal.
Ese invierno sufrimos mucho el frio. Había estufas pero no había leña. Por las noches no había manera de cerrar los ojos y dormir. Pero es verdad que, a lo largo de mi vida, he podido comprobar que las dificultades estimulan la mente y comprendimos que cualquier problema tiene su solución.
Nosotros la encontramos, fue una idea genial y, como todo lo genial era sencilla. Desde ese momento, cuando la educadora decía: “Es la hora de ir a ver el cine de las sábanas blancas”, íbamos sin temor al frio, que constantemente teníamos. Cada niño tenia su cama con su colchón y su manta, las sabanas blancas desaparecieron poco a poco, la solución consistía en dormir dos en una cama, nos cubríamos con dos mantas y el otro colchón encima.
Una vez nos hizo una visita Dolores Ibárruri, es posible que alguien recordara su visita con simpatía o agrado, pero yo no; estoy convencida de que su presencia en la Casa tuvo que ver con los acontecimientos posteriores. Pasó un tiempo y en la Casa de Niños se recibió una orden: “todos los niños y niñas, con 14 años cumplidos, tenían que abandonar la Casa”.
Fue un golpe muy duro para todos, irreparable. Nos sentíamos huérfanos, eran los mayores los que se preocupaban de los demás. ¿Quién pudo dar esa orden? ¿Mayores? ¡Qué mayores! ¡Pero si eran unos niños que unos días antes, vivieron los bombardeos de Stalingrado a poca distancia!
Eran unos niños que habían acabado de llegar a Birsk después de una larga y angustiosa travesía. Unos niños desnutridos, mal vestidos y sin dominar suficientemente el idioma ruso. ¿Fuera de la Casa de Niños, sin tener una ayuda en la calle? ¿Quién les iba a ayudar?
¡Que locura! Yo conocí varios casos de niños que se fueron a la calle, ninguno de ellos quería hablar sobre esos años, no querían que otros supieran que habían estado en la cárcel. Pero ¿Por qué? ¿de que se tienen que avergonzar? Hayan hecho lo que hayan hecho, nadie les puede culpar, tenían que sobrevivir. Yo en su caso, gritaría y lo propagaría a los cuatro vientos, porque no hay nada que esconder ni motivos para avergonzarse.
Cuando nos despedimos, era un llanto constante, las educadoras lloraban porque sufrían pues eran “sus chicos, sus niños”. Los maestros, las educadoras y los niños éramos una familia, sin parentesco, pero éramos una familia. Vivíamos la misma vida día a día. Tuvimos y compartimos las mismas penas, desgracias y alegrías, nos dimos apoyo los unos a los otros.
El peso y el sufrimiento de las calamidades que nos sobrevenían lo repartíamos entre todos. ¿Cómo no sufrir esa separación, sabiendo de antemano lo dura que les seria la vida sin un apoyo? A Francisco, mi hermano, lo dejaron en la Casa de Niños, teniendo ya catorce años cumplidos. Él lo sufrió mucho, yo veía la pena que tenía y trataba de animarle, pero no había palabras para consolarle. Se puede decir que, su mal estado de salud, le salvó la vida. Los que éramos un poco más pequeños tuvimos una enorme suerte.
Nunca olvidamos a nuestros compañeros que habían tenido que abandonar la Casa, siempre los tuvimos presentes. Tampoco nos olvidamos de la lección del trineo, y ayudábamos en todo lo que nos pedían, cortábamos la leña para las estufas de las habitaciones y también para la cocina, por cierto, todos deseábamos que nos llamaran a la cocina para pelar y limpiar patatas, porque mientras las limpiábamos las comíamos crudas.
Cuando el hambre se hacía insoportable, nos poníamos debajo de la ventana de la cocina y le cantábamos una canción al cocinero, en la que se decía: “Danos pure de patatas a los que cortamos leña todo el santo día”. El cocinero salía abrazaba a todo el “coro” y nos decía: “Otro día, otro día”.
La casa residencial estaba situada en lo alto de una colina. Todo lo necesario para el abastecimiento de la Casa nos lo traían en un carro, por lo visto, el caballo no tenia suficientes fuerzas para subir la colina, siempre se quedaba al pie de la misma y nosotros formábamos una cadena humana, desde el carro hasta la casa, y todo el cargamento lo íbamos pasando de mano en mano. Era un trabajo pesado, pero hasta cierto punto deseado; había días que al ver el carro que se acercaba, nos apresurábamos a ocupar los sitios mas cercanos al caballo, ese día era cuando el carro traía el pan. El pan era negro, pero negro azabache, le llamábamos “dinamita”. Con la miga hacíamos figuras y competíamos para ver cual de ellas era la mejor. Del pan se decía que tenia mucho serrín, puede ser, pero por eso no íbamos a dejarlo de comer. Los panes, mientras pasaban de mano en mano, los iban pellizcando y claro disminuían de tamaño, no creo que los primeros panes llegasen enteros a mitad de la cadena. Ese día era una fiesta para nosotros, y como éramos muy prácticos comíamos la miga y guardábamos la corteza para los días que no había pan.
Llegó el verano y los chicos seguían con sus aventuras, pero ya no corrían para evitar las balas de sal, ahora seguían corriendo para atrapar a las cabras despistadas y ordeñarlas, pero sin mucho éxito. Las chicas hacíamos punto, calcetines para los ciudadanos, por cada par de calcetines nos pagaban una zanahoria. A mí, una vez, me pidieron que cuando terminara el par de calcetines, se los llevara a la casa de la familia que me los había encargado. Dicho y hecho, fui a la casa, me abrió la puerta la dueña, me acompañó hasta la cocina y me pidió que le esperase porque estaba acostando a su hija. Se fue y lo único que vi de la casa era un plato que había en la mesa con una zanahoria rallada y azúcar. Mientras la señora acostaba a su pequeña, yo me debatía ante un dilema: coger un pellizco de la zanahoria, o no. Sabía que no lo haría, pero mis ojos no se apartaban del plato, sin pestañear, estaba tan concentrada que no vi a la señora cuando entró en la cocina. Cuando me percaté de su presencia, me estaba mirando con mucha ternura y con una zanahoria en la mano. Me volvió a pedir que la esperase de nuevo, que volvería enseguida. Y volvió, pero con un par más de zanahorias.
El mundo está lleno de rumores, y por la zona corrió el rumor de que éramos unas “artistas” haciendo prendas de lana. Un día vinieron a la Casa de Niños, dos señoras con un montón de lana, y preguntaron a las educadoras si podríamos hacer calcetines para el ejército, dijeron que sí. Es inimaginable el asombro que había en su rostro cuando volvieron a por los calcetines, porque se les entregó, además de los calcetines, jerséis, manoplas y bufandas, no salían de su asombro y no sabían como agradecerlo. Decían: “Nunca podíamos imaginar, que estas niñas, fueran capaces de confeccionar este maravilloso regalo para los soldados del frente”. Durante meses estuvimos haciendo prendas de lana para el ejército. Así que, puedo contar con orgullo que, con nuestro trabajo, ayudamos al pueblo ruso en la defensa de su patria.
De los pedazos de lana que nos quedaban decidimos hacer un jersey a la esposa del zapatero, que hacia maravillas con nuestros, muchas veces, remendados calzados. El jersey tenia muchos nudos. Cuando se lo regalamos a la señora, esta nos abrazaba y lloraba, era un jersey muy bonito, pero le advertimos que por dentro tenia muchos nudos, pero nos dijo: “Esos nudos son los que me van a calentar”.
Hasta ahora no me he referido, por su nombre a ningún maestro o educadora. A todos les estamos inmensamente agradecidos, pero no puedo dejar de mencionar a Palmira, siempre pendiente de nosotros, sabíamos que día y noche vigilaba nuestros alimentos, para que nadie cogiese un gramo de lo poco que teníamos.
Cuando nosotros visitábamos las casas de los ciudadanos de Birsk para llevarles los calcetines, la estampa más común era una señora matando los piojos de la otra. Los piojos eran una autentica plaga en el pueblo. Palmira, desde que llegamos a Birsk, tenia colgada de su cuello una botella, a la que teníamos miedo todos, chicos y chicas. La botella, contenía kerosina, una especie de aceite ligero procedente de la refinación del petróleo, a “medio camino” entre el gasóleo y la gasolina, y solo bastaba que Palmira viera que levantábamos la mano en dirección a la cabeza, para que ella se acercase con un paño untado en kerosina, para supervisarnos y untarnos la cabeza; cuando terminaba su acción anti-piojos nos apartábamos de ella oliendo muy fuerte, era nuestro perfume.
Era Palmira la que nos obligaba a planchar, bien planchadas, las costuras de la ropa, para acabar con los piojos. Le preocupaba también la limpieza de las manos, cuando íbamos al comedor, allí en la puerta estaba Palmira, examinando nuestras manos. A veces, cuando la limpieza de las manos no era de su gusto, le oías decir: “que sea la última vez que te vea con guantes”, y lo decía en voz alta. Por eso creo que no se lo dijo dos veces a la misma persona, porque te morías de vergüenza.
Cuando nos fuimos de Birsk, a la Casa de Niños de Solnechnogorsk, Palmira viajó con nosotros, pero no se quedó. ¿Se cansó de nosotros? ¡Qué va!, Palmira lo aguantaba todo. Yo la echaba mucho de menos, porque ya no tenia a nadie que me dijera: “Merceditas, lo ves todo de color rosa”.
(Testimonio recogido en el libro de Vicente Sala Moya (2018): Mercedes, una Niña de la Guerra, S.L. Punto Rojo Libros, 272 pág. Enlace editorial)
Un tañido de campana, de Serguey Sinenko
Texto obtenido del blog “En mitad de Rusia”.
Adjuntamos enlace al artículo (en ruso)
Traducción al castellano: Maribel Barros.
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Un tañido de campana…
de Serguey Sinenko
Suena solitaria una campana……(Birsk)
Birsk durante la guerra.
(una trama inspirada en los materiales de especial seguridad)
Publiqué mi ensayo en posredi.ru, escrito hace varios años. Los eventos tienen lugar en la ciudad de Birsk durante la guerra. Muchos nombres y apellidos pueden haber sufrido cambios.
1
… Esa noche vio al camarada Stalin. Como si estuviera deambulando por el bosque de pinos entre Staropetrovo y Petyakovo, y de repente el camarada Stalin se le acercó y le dijo: “¡En algún lugar está mi coche, ayúdame a encontrarlo!” El camarada Stalin la toma de la mano y los dos se mueven bastante rápido por el bosque, casi están volando. A veces ve reflejos de laca negra entre los enormes pinos. Le parece que ese es el coche del camarada Stalin y ella se dirige hacia allí. Pero no hay coche. El camarada Stalin camina a su lado y bromea o la avergüenza: “¡Dijiste que conoces este bosque como tu hogar, pero no puedes encontrar un automóvil en él! – ¿Entonces me engañaste? ¡¿O me quieres confundir?! ” Ella se avergüenza y se asusta a la vez. En el camino, se cruza un enorme shihan rocoso, se puede pasar por alto, pero por alguna razón trepan por una pendiente casi vertical. Quiere ayudar al camarada Stalin a subirse encima de él, pero solo lo toca cuando él le quita la mano: – “No te preocupes, crecí en las montañas. Y el hecho de que no puedas encontrar mi auto es muy malo …» -.
Seguramente fue una pesadilla. Dos o tres días después de ese sueño, a finales de enero de 1942, Nadezhda Kablukova, una joven profesora de lengua rusa de la ciudad de Birsk, fue llamada por la calle por su nombre. Un hombre desconocido, caminando junto a ella, como si estuvieran caminando en la misma dirección, dijo imperiosa y amenazadoramente: – Le pedimos que vaya a la Cuartel de la Policía en la calle Oktyabrskaya. Si puede, sería mejor que fuera hoy. Tomé el pase para el guardia y el hombre se fue. Nadezhda Kablukova ni siquiera tuvo tiempo de responder, por supuesto, simplemente se cambiaría de ropa e inmediatamente aparecería donde le dijeran. Entonces recordó de inmediato el extraño sueño en el que ayudó a Stalin a buscar un automóvil.
2
Los evacuados llegaron a la antigua ciudad comercial de Birsk en barcazas y vapores, fueron llevados en camiones desde la estación de tren de Ufa, los dejaron en la plaza frente al comité ejecutivo de la ciudad, los niños, con maletas y baúles, y luego los coches volvían a Ufa en busca de nuevos grupos de refugiados.
Al comienzo de la guerra, el Teatro Dramático Ruso Carelio-finlandés fue trasladado de Petrozavodsk a Birsk, una enorme barcaza desembarco decorados de paisajes y
utilería, toda una compañía de talentos dramáticos y cómicos, una variedad teatral y refinamiento europeo, con los que Birsk nunca antes había entrado en contacto. Desde el trigésimo séptimo, desde el año más negro de la historia de la ciudad, ni un solo teatro ha estado de gira en Birsk. Sin embargo, hubo actuaciones de agitación en el club de la fábrica (la tía de Nadezhda Kablukova los llamó “juegos demoníacos”) con la construcción de pirámides y danzas que representan la fundición de hierro y acero, programas de propaganda con marchas en el lugar y gritos de consignas, danzas colectivas que representan cosecha, un sin precedentes fue la creación de los “komartistas” recién acuñados, que parecían nunca haber oído hablar de la gran cultura rusa: literatura, música, pintura. Poco después de la aparición de un teatro con repertorio clásico en Birsk, la ciudad se cubrió de coloridos carteles traídos de Petrozavodsk, que enumeraban las representaciones de la temporada teatral de 1941-1942. Una lista de actuaciones, sonaba una música maravillosa: “Uriel Acosta”, “Anna Karenina”, “Treachery and Love”, “Noble’s Nest”, “Conspiracy of the Empress”, “Platon Krechet”, “Thunderstorm”, “Othello”, ” Tábano “… Hubo especialmente muchas obras de Chéjov, toda la ciudad se reunió para estas representaciones: maestros, médicos, ingenieros, todos los líderes soviéticos y del partido. A pesar de las trágicas noticias del frente y de una vida dura y medio hambrienta, la gente del pueblo fue al teatro para olvidar durante al menos dos o tres horas, y al reunirse al día siguiente después de la función, intercambiaron sonrisas luminosas y fraternales, compartiendo sus impresiones de la actuación. ¿Por qué los héroes de Chéjov estaban tan cerca de ellos, por qué el corazón resonaba con tanta tristeza, ¿por qué se les llenaron los ojos de lágrimas cuando Ionychi, Ranevsky y el tío Vanya aparecieron en el escenario? ¿Quizás la audiencia sabía algo sobre ellos que no era conocido por el mismo Chéjov? Que todos entrarán en el terrible drama de la Guerra Civil: una de las agraciadas mujeres de Chéjov usará un vestido blanco de hermana de la misericordia y morirá en un cuartel de fiebre tifoidea, alguien se pondrá una chaqueta de cuero esponjoso chirriante y se ceñirá con un cinturón, alguien se convertirá en un oficial blanco y será fusilado en las laderas del río, alguien pasará por Rusia por un camino polvoriento en las filas de la infantería roja. Fue una lástima para todos estos maestros, médicos, funcionarios y telegrafistas, que en el escenario del teatro todavía amaban, se peleaban, bromeaban, eran inteligentes, recitaban poesía, aunque todos ya estaban preparados para su papel en la tragedia nacional. ¿No fue porque dolió tanto que tanto el público como los actores sintieron que ellos mismos ahora se parecen un poco a estos héroes chejovianos? Después de que cayó el telón, dieron una larga ovación de pie.
3
En agosto de 1941, la escuela militar de observación aérea, alerta y comunicación fue evacuada de Leningrado a Birsk. Se proporcionaron edificios educativos para la escuela en varias partes de la ciudad, y los cadetes desde la mañana a la noche iban de un lugar a otro; ¡Parecía que solo los militares vivían en la ciudad! Todo lo relacionado con los estudios de los cadetes era secreto, pero pronto casi toda la ciudad visitaba los conciertos, que se daban casi semanalmente por el pelotón musical de la escuela, y los cadetes y profesores de Leningrado que alquilaban habitaciones en apartamentos privados comenzaron a ser conocidos físicamente. Cadetes alumnos de la Escuela de Vigilancia Aérea, Alerta y Comunicación, Birsk, 1942, eran las personas más populares de la ciudad eran los asiduos invitados de la gran casa antigua de médicos y maestros de los Kablukov, miembros de la familia del coronel de la escuela de Leningrado. El cabeza de familia, Boris Afanasyevich, era un oficial de costumbres de la época zarista; tan pronto como comenzaba a hablar, todos los que estaban alrededor se callaban y guardaban silencio, temiendo moverse. Una vez, cuando estaba contando algo instructivo de la historia militar, de repente se escucharon truenos y una fuerte lluvia golpeó el alféizar de la ventana. Entonces Boris Afanasyevich saltó de su silla, abrió la ventana y gritó: “¡Detén este lío de inmediato!” – y la lluvia se calmó instantáneamente. Además de su voz amenazante, había una característica inusual y agradable – comunicaba todo y solo aquello que presagiaba cosas buenas: “Aquí viene el sacerdote a recibirnos. ¡Este es un presagio maravilloso! “,” ¡Miren, las mujeres con cubos llenos- son un gran presagio! “,” Gato negro, – ¡simplemente maravilloso! ” A Boris Afanasyevich le gustó mucho la ciudad de Birsk. “Amo estas ciudades de provincias”, le dijo a la joven dueña de la casa, Nadezhda Kablukova, sentada en los escalones del porche por la noche. – Corres por todo el mundo, corres, haces ruido, buscas algo y de repente te encuentras en una especie de paraíso tranquilo, donde las calles están cubiertas de pasto de oca (hierba en latín Potentilla, conocida de oca porque la forma de la hoja recuerda a la pata de la oca) y por la noche puedes despertarte por el sonido de una manzana que se ha caído en el jardín. ¡Solo vivir, pero para vivir! …
Su esposa Ekaterina Antonovna, quien se graduó en el Instituto de Nobles Doncellas, se distinguió por el comportamiento anticuado y una cierta ingenuidad de una noble dama de Petersburgo. Agosto en Birsk era cálido y soleado, y en uno de esos días toda la familia de Leningrado fue a dar un paseo por los alrededores y regresó con enormes ramos de flores de color verde oscuro. Señalando este ramo verdoso, Ekaterina Antonovna le preguntó a Nadezhda Kablukova: – Dime, ¿qué son estas hermosas flores: estrellas blancas y lilas en ramas oscuras, ¿esta es la primera vez que veo esto? Nadezhda turbada y, con el mayor tacto posible, le respondió que “esto es la planta de la patata que florece así cuando los tubérculos empiezan a formarse”, – estaba más avergonzada y turbada que la señora graduada del Instituto Smolny. En esta familia, como muy pronto supo la gente del pueblo, tenían establecido un reglamento muy estricto. Un día de la mañana a la noche, o mejor dicho, desde el despertar hasta que se apagan las luces, toda la familia hablaba francés, otro día – en alemán, el tercero – en inglés, el resto de la semana en ruso, y desde el lunes todo se repetia. Los vecinos se sorprendieron de que los niños de esta familia, si alguien de afuera entraba a su habitación, inmediatamente se levantaban y no se sentaban en presencia de sus mayores. Hubo un caso en el que una niña, Katyusha, le dio a Nadezhda Kablukova una lección que recordó durante mucho tiempo. Nadezhda se sentó en una silla cruzando las piernas. Entonces la niña se inclinó hacia ella y dijo en voz baja: – Tía Nadya, es indecente sentarse así. ¡Malos modales! El sobrino de Kablukova, Mitia, aprendió otra lección. La cosa fue así. Mitia, de trece años, fue a visitar a los niños de Leningrado y empezó a volver a contar otra historia que había leído en un periódico pionero sobre un escolar heroico que evitó las intrigas de los ingenieros de entre los “antiguos”: espió, escuchó y luego informó a quienquiera y todos los “primeros”, expuestos. En la historia de Mitia, es posible, también hubo un estímulo oculto: dicen también que tus padres son, al parecer, del “primero”, lo que significa que no todo está perdido, todavía hay una oportunidad de estar en nuestras filas brillantes. Ekaterina Antonovna, que generalmente no interfería en las conversaciones de los niños, levantó la vista de algún tipo de tejido, se acercó a Mita Kablukov y le preguntó con una voz enfáticamente ordinaria. – ¿Es bueno escuchar a escondidas, espiar e informar? ¿Las personas de honor hacen eso? Esta simple pregunta sonó inesperada y bastante fuerte para Mitia. Escuchó algo similar en casa, pero sus padres tenían obvias “marcas de nacimiento” del capitalismo en la forma de un comerciante y un pasado de comerciantes: en aquellos tiempos de la antigua NEP, tenían una tienda en el muelle de Birsk. Y aquí es otra cuestión: la cooperación con los “órganos internos” es condenada por una brillante mujer de Leningrado, la esposa de un coronel del Ejército Rojo, ¡habla con convicción y como algo natural! Mitia era un niño corriente que leía los periódicos pioneros. “¿Cómo, entonces, todo lo que cuentan los periódicos”, pensó, “dónde está el instinto proletario ”, la “ lealtad de clase ”? ¿Resulta que esta mujer no puede “elevarse por encima de lo personal” y por lo tanto lleva a cabo “conversaciones filisteas”?
Mitia Kablukov no le contó a nadie sobre esta conversación entonces, aunque la hazaña de Pavlik Morozov lo atrajo por su actitud intransigente. Después de todo, qué el escuchar, el espiar e informar es bueno, no solo se enseña en la literatura pionera. Recordó una historia contada por un maestro de su escuela sobre cómo un joven comunista de Birsk de origen noble traicionó a un amigo de sus padres ante los chekistas, a quienes habían escondido en el sótano de su propia casa. Al enterarse de esto, los padres desconcertados se volvieron hacia su hijo: “¿Cómo pudiste denunciar eso?” Mitia recuerda con qué ironía el maestro habló de esto y con qué humor toda la clase percibió este desconcierto paterno: cómo puede un joven comunista deshacerse de su pensamiento intelectual de pequeño burgues y su noble debilidad. En lugar de una conciencia personal, el héroe de la historia tenía una conciencia de clase, incluso más precisamente – ¡una conciencia de partido! …
Uno de los eventos más memorables del primer otoño militar para la gente del pueblo fue un concierto en la Escuela de Vigilancia Aérea, Alerta y Comunicación. Hay que decir que, de los futuros oficiales de esta escuela específica, ante la ausencia de localizadores y otros sistemas de seguimiento electrónico en el ejército, se requería una audiencia particularmente aguda, la capacidad de determinar a gran distancia el número de aviones en vuelo, sus tipos, dirección y altitud por sonido. Por lo tanto, el último grupo de oyentes se formó entre los estudiantes de las escuelas de música y los conservatorios de Leningrado. Entonces, los jóvenes compositores de Leningrado Vadim Salmanov, Georgy Rafolovich y Georgy Sviridov se inscribieron en la escuela. Esta amigable trinidad visitaba a menudo la casa de los Kablukov, visitando a Boris Afanasyevich y Ekaterina Antonovna. El coronel, su maestro favorito, tocaba el piano con ellos, preparaba los temas solistas para el futuro concierto. Mucha gente quería asistir a este primer concierto, por lo que se decidió realizarlo en el enorme salón de baile de la antigua casa Chirkovsky en la plaza principal de la ciudad. La tarde era soleada y cálida, todas las ventanas de la casa estaban abiertas. El pasillo estaba abarrotado, y aquellos para quienes no había lugar se pararon debajo de las ventanas. Cuando los cadetes de la escuela entraron al escenario, lo ocuparon todo, tan grande resultó el coro que ocupo todo el escenario. Sonaron los timbales y los cadetes cantaron: “Levántate, país enorme …” Todo el público se puso de pie y cantó junto con el coro. Entre los que estaban en el salón había personas que ya habían sobrevivido a la retirada, los bombardeos, la muerte en las carreteras, y había quienes ya habían venido desde el frente para algún funeral. Ambos cantaron y, no se avergonzaron de sus lágrimas, lloraron, y afuera de las ventanas a ambos lados de la casa la gente se paraba, cantaba y lloraba también … Y el último número que el coro cantó fue “La campana suena monótonamente …” una canción en la que no había ni una palabra sobre la guerra, pero había un camino polvoriento, un cochero, extensiones siberianas y una enorme tristeza rusa. Extraño, pero de repente a Nadezhda Kablukova le pareció que no había nada – ni alemanes, ni ciudades incendiadas, ni guerras terribles, sino solo vida, patria, amor y tristeza. Significa que todo pasará, todo seguirá funcionando de alguna manera.
4
…Ya se ha emitido un pase a nombre de Kablukova en el Cuartel de Policía. Un hombre con uniforme de mando estaba sentado en una oficina grande sin carteles. Nadezhda vio hombros anchos, una cabeza grande, pero debido a que la lámpara estaba dirigida en su dirección, no pudo distinguir su rostro, frente a ella estaba sentada una especie de mancha gris. La primera pregunta fue si estaba satisfecha con su trabajo escolar (Nadezhda enseñaba en el pueblo de Ponomarevka cerca de Birsk). – Sí, sí, trabajo, en un equipo de profesores, todo es normal. Es difícil con la carretera, pero ahora es difícil para todos. Soy joven, puedo manejarlo … Nadezhda habló rápidamente, como sin aliento y con prisa como si quisiera alcanzar a alguien, excusándose antes de decir algo, intentando de darse ánimos. La persona sentada enfrente la miraba con atención. Después de una pausa significativa, sacó algunos documentos, fotografías y comenzó a contar que un orfanato para niños españoles había sido evacuado a Birsk en el último vapor. – Estos son los huérfanos de los comunistas españoles ejecutados. Antes de la guerra, el orfanato se encontraba en Leningrado, en julio lo llevaron a Rostov a orillas del Don, pero ahora nos los han enviado a nosotros, – relató el hombre. – El periodo organizativo ha finalizado, con retraso el curso académico empieza tarde. Te invitamos a convertirte en maestra y educadora de quinto a séptimo grado. Si estás de acuerdo, realizaremos la traducción y el papeleo. Las condiciones son mejores que en Ponomarevka, los aranceles se pagan por separado, casi el doble de la tarifa de un maestro regular. Por supuesto, los niños son inusuales. Vieron tanto la tortura como el abuso hacia sus padres por parte de los franquistas. Todas las atrocidades, incluidas las ejecuciones, tuvieron lugar ante sus ojos. Todo esto deberá tenerse en cuenta. Le comunico – Boris Afanasyevich, su invitado, sí, sí, también hablamos con él, habla de usted de la manera más positiva. No prometo un trabajo fácil, ¡pero nos gustaría que trabajaras precisamente tu allí! … ¿Qué sabía Nadezhda de la lejana España? Que este pueblo es lejano y ajeno, los rusos en toda su historia nunca han comerciado con él, no pelearon, no aprendieron de él y no le enseñaron. La cultura del sur europeo -la antigua Roma y el Renacimiento italiano- aisló a Rusia, como con un muro, toda España con su literatura, pintura, música, con su historia turbulenta y gente destacada, convirtio a su gente, como quedó claro más tarde, – Como intrepido, luminoso y original.
En los años anteriores a la guerra, fue España la que alcanzó su máxima expresión frente al mundo. Fue la primera en aceptar el desafío del fascismo, negándose a arrodillarse ante Hitler y Mussolini. De camino a casa, Nadezhda recordó el Diario en español de Mikhail Koltsov, que la había impresionado a ella y a todos los que conocía. Lo leyeron con mayor interés que todo lo que se había escrito antes sobre España. Fadeev y Alexei Tolstoy hablaron cálidamente sobre el Diario en español en el periódico Pravda. El segundo libro del Diario en español se estaba preparando para su publicación en Novy Mir, se anunció como ya casi editado, se esperaba con impaciencia, pero de repente se conoció sobre la detención y misteriosa desaparición de Mikhail Koltsov. Después del comienzo de la guerra, aparecieron rumores de que Koltsov había sido visto en un frente y luego en el otro. Alguien dijo que Koltsov fue liberado, regresó de los campamentos, se lavó la culpa con sangre y estaba luchando en el frente – “¿Dónde más podría estar?”
Ya sentada en casa y repasando mentalmente toda la conversación, Nadezhda levantó las manos; pero si ¡no sabía español! ¿Cómo podría trabajar con los españoles? Pero al día siguiente, después de visitar el internado, descubrió que sus preocupaciones nocturnas eran en vano: la mayoría de los niños hablaban bastante bien el ruso y algunos incluso escribían poesía en ruso. Lo único que la asombró desde el principio, y a lo que no pudo acostumbrarse, fue la sensible atención de los pequeños españoles a esos matices de significados que captaban en la lengua rusa y que ella, la profesora de lengua rusa, no los sentia. El primer día de trabajo, los niños le preguntaron por qué la palabra “kvass” se escribe junta y “a ti” – por separado. Miraron a un maestro llamado Ptischeva con ingenuo asombro – “tu nombre es Ptischeva, ¿por qué tienes una boca pequeña?” En la entrevista, la española Luisa, oficial política del orfanato, y la directora rusa, que hablaba español con fluidez, hablaron con cierto detalle sobre el destino de los alumnos. Nadezhda se enteró de que del número de niños que huyeron de la España de Franco en los años anteriores a la guerra, en primer año 1941, cuando el orfanato estaba en Birsk, no habían sobrevivido más de la mitad. Algunos murieron en el camino a su nueva patria, muchos murieron en Leningrado después de conmociones nerviosas, y algunos simplemente murieron silenciosamente sin ninguna enfermedad … – Ahora entendemos, – decía la representante política Luisa, – que nuestra guerra fue solo el prólogo de una guerra mundial. Parte del antiguo ejército español franquista no representaban una fuerza seria. Era un ejército pequeño con una estructura de mando exorbitantemente inflada: un teniente por cada seis soldados, un capitán por cada diez … Efectivamente, pensó Nadezhda, el diario Pravda escribía sobre las bajas cualidades de combate de este ejército tras la derrota de los españoles de la División azul. – “La fuerza real de los fascistas españoles fueron las unidades ítalo-alemanas, desplegadas en España por Hitler y Mussolini y equipadas con cañones, tanques y aviones”, – continuó Luisa. – Si antes los pilotos fascistas solo tenían un campo elegido por ellos – el desierto de Abisinia, ahora ejercían sobre la ciudad de un millón de hombres, sobre la capital española. Nuestra lucha fue recibida con simpatía principalmente en la Unión Soviética. Y entre los españoles se encendió el amor por Rusia, un ejemplo de tu patria, de su gente, el cine se ha convertido en objeto de admiración en España. Los poemas de Svetlov “Granada”, la película “Chapaev” se convirtieron en libros de texto sobre acciones revolucionarias en España. Cuando un bolchevique ruso herido se estaba ahogando en el río Ural, similar al río Ebro, el público gritó: “¡A Zaragoza!”
… Pronto Nadezhda realmente se hizo amiga de los niños españoles, una vez, durante su vigilancia, un niño de unos trece años llamado Miguel de repente quiso contarle sobre sus últimos días en casa. Este chico sorprendió a Nadezhda con sus acciones – podía acercarse a la chica que le gustase, agarrar su tintero y, echando la cabeza hacia atrás, beber todo su contenido de un trago. Después de eso, Miguel soltó un fino chorrito hacia arriba como una fuente de tinta y luego, secándose los labios con un pañuelo, se marchó con calma y orgullo. Nadezhda le tenía un poco de miedo y no estaba preparada para una conversación seria. Para salir de la confusión, dijo que por hoy tenía un plan de tareas diferente, y que algún día la próxima vez sería posible hablar de todo. Quería consultar con los educadores españoles, con el funcionario político español, ¿qué debería hacer? El pequeño español, sin embargo, lo entendió todo. “Tú, compañera Nadezhda, no te preocupes”,- dijo,- “no vamos a llorar, porque nuestros padres no nos permitieron que lloráramos, de lo contrario sería muy duro para ellos allá”, – y señaló al cielo con sus ojos. Los educadores españoles le aconsejaron que escuchara a los niños, sin importar lo difícil que fuera, y una noche, mientras estaba de servicio, los niños comenzaron a contar en detalle sobre su huida de España. Recordaron cómo de noche, temiendo delatarse por el ruido de los motores, pasaban de botes a botes de remos y veleros. En el golfo de Vizcaya, en el que iban a navegar, las tormentas azotaban casi todo el año, y cuando los botes de remos volcados por las olas se hundian, los niños oian los gritos, pero no tenían como ayudar a sus hermanos, hermanas o conocidos. La única que lloraba era Nadezhda. Los niños se le acercaban para acariciarle las manos, los hombros y la besaban; los ojos de ellos estaban secos. Para Nadezhda esto era aún más duro y difícil.
5
En el orfanato, Nadezhda Kablukova enseñó idioma ruso y geografía, pero los turnos tomaban mucho tiempo. Leía libros en voz alta, volvía a contar las novelas e historias que alguna vez leyó, contó y, con mayor frecuencia, inventaba historias de su vida. A los niños españoles les gustaban sobre todo los cuentos rusos desconocidos y que no les resultaban familiares, especialmente los cuentos de Pushkin en verso. Nadezhda los recordaba de memoria. Una vez que les estaba contando a los españoles el cuento del “Pez dorado” de Pushkin. Los niños la escucharon, acurrucados juntos, con los ojos muy abiertos por la sorpresa. Estaban indignados por la mujer gruñona y lanzaron miradas enojadas cuando la anciana exigía cada vez más riquezas al pescado. Cuando la historia llegó a la mitad, Nadezhda anunció un descanso. ¡¿Qué ocurrió aquí?! Los niños sacaron castañuelas de sus bolsillos y empezaron a taconear con los pies unos ritmos que ella no conocía. Bailaron su caprichosa e intempestiva danza sin música. Entonces una de las chicas mayores gritó en voz alta “¡Callar ahi!” Fue un llamado a la calma y el orden. Todos se sentaron instantáneamente en sus lugares originales y miraron expectantes a Nadezhda, exigiendo continuar.
La pausa de la historia hubo que aceptarla, – para continuar. El final satisfizo a todos: el mal no venció y, ¡el pez castigó a la anciana! Al despedirse de los niños, Nadezhda los invitó a dibujar a los héroes del cuento de Pushkin. En la siguiente tanda de servicio, una montaña entera de dibujos a lápiz y acuarelas se le colocó frente a ella. Los héroes de los cuentos se veían inusuales: el abuelo con un bigote retorcido en un sombrero de ala ancha y con una espada se parecía al héroe de Cervantes, la abuela en todos los dibujos estaba vestida con ropa española con una enorme horquilla indispensable en el cabello. En lugar de un abrevadero, se dibujó una tina, fragatas de la época de Colón navegaban por el mar bajo velas blancas, y en lugar de una gran casa, (el edificio del orfanato para niños españoles se encontraba en la parte costera de Birsk) se representó un castillo gótico con torretas y un puente colgante.
Cuando Nadezhda les contó a los niños un cuento sobre un bollo, les gustó todo, excepto una cosa: no podían entender cómo era este bollo. Entonces, Nadezhda le pidió a la cocinera española, en lugar de bollos ordinarios, que horneara bollo con ojos de pasas, con una boca sonriente y una nariz afilada con una masa especialmente horneada. Durante el té de la tarde, los españoles vieron muchos bollos sonrientes sobre la mesa. Al día siguiente, al llegar a casa, Nadezhda encontró en su maletín requesón envuelto en un trapo, un gran trozo de azúcar triturado azulado, un cubo de mantequilla en papel blanco, varios dulces y un bollo. En otra hoja de papel, había una cebolla morada, la “vitamina matutina” obligatoria del orfanato. Nadezhda retorció esta cebolla en sus manos con una especie de sentimiento triste: en el orfanato vecino ruso, solo podían soñar con una cebolla así, los niños allí se sientan con raciones de mendigos, mientras que los pequeños españoles reciben comida tan generosa y cuidadosamente elaborada. A la mañana siguiente, Nadezhda llevó todo lo que encontró a la oficina de la funcionaria política española. Luisa sonrió y dijo que estaba al corriente de todo y que este pequeño regalo de los niños debía ser aceptado. Pronto sucedió un evento … No se sabe de dónde sacaron los chicos un periódico con fotos de la ejecutada Zoya Kosmodemyanskaya, que yacía medio desnuda en la nieve con una soga alrededor del cuello. Los ataques de histeria y los desmayos comenzaron en todo el orfanato. Los adultos tuvieron mucho trabajo para calmarlos – “¡Callar ahi!” Después de este incidente, Nadezhda dejó de condenar a la directora y oficial política Luisa, quien apagó la radio cuando la Oficina de Información Soviética transmitió mensajes sobre las atrocidades de los nazis en los territorios ocupados. Los informes de la Oficina de Información recordaban demasiado a los españoles sobre hechos recientes en sus propias vidas.
6
Ha llegado el invierno con heladas, ventiscas y nevadas intensas. Hicieron una colina en el patio, montaron una pista de hielo, montaron trineos, afilaron patines. Hicieron “helado”. Para darle vida al proyecto, tomaron cestas de mimbre, grandes ollas o palanganas con hoyos, las ataron con trapos mezclados con paja y vertieron agua sobre ellas. Cubiertas de hielo, se convirtieron en “varillas de alambre”, en las que a los niños les encantaba montar incluso más que en trineos. Nadezhda trajo de casa el “bote” de sus hijos: una tabla ancha, gruesa y suavemente cepillada, en cuyo respaldo estaba clavada una silla. La parte delantera de la tabla se terminó para parecerse a la nariz de un barco para garantizar la facilidad de movimiento en la nieve. A todo el mundo le gustó este “barco”, lo montaron por turnos. Una vez, durante un gran descanso, cuando los niños salieron a dar un paseo por la montaña, alguien gritó fuerte: “¡Lobo! ¡Lobo!” Un enorme perro gris, dos veces más grande que un perro pastor, corría lentamente hacia el bosque, cojeando. Los niños corrieron tras él en grupo y pudieron alcanzar al lobo herido, pero tenían miedo de acercarse. Su boca abierta y su pata trasera izquierda extrañamente curvada evidenciaba que había caído en una trampa. Se acabaron las novedades del cambio. El vigilante de la escuela salía al camino, agitando los brazos y tocando el timbre. Emocionados por el espectáculo, los niños regresaron al aula. Interrumpiéndose, hablaron sobre el lobo y la trampa. Después de escucharlos, Nadezhda les dio la tarea de escribir un ensayo sobre el tema “Encuentro con un lobo”. Sin excepción, todos en esta obra sintieron lástima por el lobo, y el español Miguel lo pintó con grandes, casi ojos humanos, de los que brotaban lágrimas.
… Nadezhda salía a trabajar en la mañana temprano cuando aún estaba oscuro, cuando las luces de las ventanas aún no estaban encendidas, caminaba dos kilómetros atravesando el campo, tanteando el camino visible con un bastón que llevo consigo durante todo el invierno. Una gran loma de paja era su punto de orientación. Un día de enero, en una impenetrable ventisca, se dirigió a una granja abandonada en las afueras de la ciudad. Nadezhda regresó y comenzó a buscar el camino de vuelta, temiendo llegar tarde a la primera lección, pero pronto se cansó, su ropa se congeló, la nieve que se había acumulado en sus valenkis se congeló y se convirtió en piedra. A través de la nieve volvió a ver un montón de paja. Sobreponiéndose a sí misma, Nadezhda vagó por la tierra cultivable cubierta de nieve. Llegó al orfanato solo a la mitad de la segunda lección. La desnudaron, la colocaron cerca de una estufa caliente en la cabaña y, por la tarde, cuando finalmente recuperó el conocimiento, la enviaron a casa en un carro. Pronto desarrolló fiebre y quedó claro que estaba gravemente enferma. … Nadezhda se despertó como de una sacudida. En penumbra gris, la habitación le parecía desconocida y extraña. Sobre la cama con exuberantes almohadas colgaba una alfombra de hongos rojos y un zorro amarillo, que era más pequeño que los hongos. En una silla junto a la cama había una botella de poción amarilla y un vaso con una cucharadita, – también desproporcionadamente grandes. La cómoda en la pared opuesta, por el contrario, era visible exactamente desde la distancia, como a través de binoculares. Nadezhda vio cómo el gato de yeso de pie sobre la cómoda levantaba la pata trasera y se rascaba detrás de la oreja con el habitual gesto felino, agitaba su cola esponjosa y luego se congelaba nuevamente en una pose petrificada antinatural. Esto la sorprendió. – ¡No pasa nada! – susurró Nadezhda.
En los rincones en penumbra se agitaban pequeños gusanos. Nadezhda escuchaba su suave susurro, sin saber si era por la mañana o por la noche. Cerrando los ojos, sintió que la cama se balanceaba lentamente debajo de ella. Su conciencia se oscureció. No supo cuánto tiempo pasó antes de que volviera a abrir los ojos. Volviéndose hacia la ventana, Nadezhda gritó. Allí, detrás del cristal, alguien estaba de pie y la miraba. Con gran detalle, vio a la figura oscura fuera de la ventana levantar las manos y presionar el marco. El cristal se hizo añicos y cayó sobre su manta. Una silueta oscura se abrió paso en la habitación y se apoyó contra el alféizar de la ventana para que los fragmentos que quedaban saltaran bajo sus codos. Nadezhda podía ver claramente unos hombros anchos, una cabeza grande, similar a la de un perro e incluso el pelo sobresalía sobre las orejas, pero no podía distinguir su rostro, en lugar de él, una especie de mancha gris y los colmillos desnudos brillaban de color blanco. El viento soplaba en la habitación, agitaba la cortina, los copos de nieve se arremolinaban. Nadezhda se dio cuenta de que estaba delirando. Cuando Volvió a abrir los ojos nuevamente, era bastante tarde, la luna brillaba en la habitación y no había nadie fuera de la ventana. Una cortina de tul colgaba en pulcros pliegues donde había estado. Luisa, la comisaria política española, entró haciendo chirriar la puerta. Nadezhda la miró con las pestañas bajas, sin mostrar que estaba despierta. La oficial política acercó una silla a la cama, se sentó y empezó a decir algo muy rápido, como si se regocijara por algo. Nadezhda estaba cansada y silenciosa, la sangre le latía en las sienes. La oficial política tocó a Nadezhda con su mano. La mano estaba fría y pesada. – No me roces con las manos, tus dedos están fríos, – le gritó Nadezhda enojada. – Aterroriza lo mucho que parloteas. ¡Déjame en paz! – Necesitamos traer una toalla y vinagre, – dijo el oficial político a alguien que estaba parado en la puerta. Nadezhda quería decir que no necesitaba una toalla, ni vinagre, ni un funcionario político, en general – que no necesitaba a nadie, pero de inmediato se olvidó de todo esto. Ella se durmió. Ella comenzó a recuperarse.
7
El comité del partido de la ciudad de Birsk exigió que todos los empleados españoles del orfanato debían recibir información diaria sobre los acontecimientos en la Unión Soviética y en el extranjero. La información es “políticamente instruida, basada en la clase, basada en principios al estilo de un partido”. Nadezhda fue nombrada a cargo, su no partidismo no se tuvo en cuenta – “confiamos en ti”. Nadezhda no tuvo más remedio que inscribirse en un curso de formación política, de modo que primero ella misma se formara en política, y solo entonces con buen conocimiento pudiera hablar frente a los extranjeros. Las clases se llevaron a cabo en un club de la ciudad, en una sala como un gimnasio, donde había pupitres de la vieja escuela. Además de los jóvenes, también estudiaban en los cursos personas mayores: había un veterano de guerra discapacitado que caminaba con muletas, un anciano con barba como Marx, había una enferma antipática de una pensión de entre las mujeres evacuadas de Kiev y chicas de la fábrica local. Leia también: Los historiadores de Kazán y las ideas del nazi Ahnenerbe. Los estudiantes del círculo recibieron conferencias sobre la plusvalía, la dictadura del proletariado, los grandes utópicos, los predecesores del marxismo y, por supuesto, sobre el “momento moderno”. – sobre la situación en el frente y la situación internacional general. Durante sus clases en el club, Nadezhda escuchó por primera vez sobre el socialismo y el comunismo, no sobre eslóganes, sino sobre conferencias bien razonadas, y quedó realmente impactada por la cantidad de revolucionarios que intentaron organizar la vida humana de manera más honesta y justa. Descubrió por sí misma el mundo del pensamiento valiente y codicioso y sintió que ella, Nadezhda Kablukova, también era de esa raza humana, para la cual todo esto es cercano e importante. ¿Por primera vez pensó en convertirse en miembro del PCUS (b)? ¡¿Por qué no?! Aunque, por supuesto, ¡todavía tienes que trabajar en ti misma durante mucho, mucho tiempo!
El curso más interesante, de historia, fue impartido por un profesor de Moscú: un Denis Grigorievich alto, con sobrepeso y tosiendo constantemente. Tiene guantes negros en las manos, que nunca se quitó debido a un eccema en las manos. Los guantes hacían que Denis Grigorievich pareciera un empresario de pompas fúnebres o un pastor católico. Sufría de dificultad para respirar, hablando, un poco teatralmente se cubrió los ojos con la mano, como de una luz brillante. Todos sabían que alguna vez tuvo que sentarse en las cárceles, vivir en lugares podridos y ruinosos, tal vez incluso trabajar en una mina. Recordé la vieja canción de los presos “Torturado por una fuerte servidumbre …”, las tramas de los itinerantes “Vladimirka” y “La detención de los prisioneros” cobraron vida ante mis ojos. Sobre el comunismo, sobre el socialismo, sobre la dictadura del proletariado, sobre otras cosas, aparentemente ya masticadas un centenar de veces, Denis Grigorievich habló de una manera muy inusual, sin dejar de discutir con alguien invisible. – Dicen, dicen a menudo y obstinadamente, como si el socialismo fuera impersonal, el profesor de Moscú comenzó un diálogo con un interlocutor invisible, calentándose y, por así decirlo, aclarando sus propios pensamientos con una tos. – ¡No, eso no es verdad! No vino de la pedantería, no del estándar, en general, no de la banalidad. ¡Todo proviene de la búsqueda, y las pobres almas no se dedican a la búsqueda! ¡El socialismo ruso nunca ha sido pobre de pensamiento, y nadie intentó sugerir un reemplazo para sus ideas en Rusia! … Denis Grigorievich, en lugar de la hora y media asignada, se sentó en las clases de formación política para nosotros tres. En estas conversaciones, empujó los horizontes con una mano imperiosa, y mucho de lo que antes era tan vago tomó contornos bastante claros para Nadezhda Kablukova. Al principio, unas veinte personas se inscribieron en los cursos de formación política, tres veces más vinieron a la siguiente lección: en todo Birsk hablaban sobre lo interesantes que eran las clases, dijeron que, a diferencia de los círculos ordinarios, aquí se daba toda la historia del movimiento revolucionario, a partir de la época de Espartaco y los primeros comuneros cristianos. Llevado, Denis Grigorievich comenzó a comportarse, bueno, como si fuera en un círculo de trabajadores clandestinos en algún lugar más allá del puesto de Narva. Se levantó de un salto de su asiento y, sosteniendo un vaso de té frío en una mano, lo agitó de modo que el té a veces salpicó la cabeza de los oyentes. – No muy lejos, no muy lejos está la gran fiesta de los trabajadores de todo el mundo – protestó Denis Grigorievich, tosiendo más cuanto más ardiente era su discurso – todavía veréis con vuestros propios ojos el día en que la victoria del genio humano conducirá a los pueblos a la igualdad y la hermandad universales. Está en vuestras manos jóvenes, aunque todavía no firmes, esta gran victoria. Esta no es una frase vacía – “con la Internacional, raza humana alcanzará esta gran victoria. Esta no es una frase vacía: “¡la raza humana se levantará con la Internacional!” Atiende esta llamada. La familia de naciones no debería tener hijastros, todos somos trabajadores del mundo, gran ejército de trabajo … ¿Qué pasó entonces? Se le pidió a Denis Grigorievich que investigara en el cuartel de la Policía en la calle Oktyabrskaya para buscar algunos documentos. ¿A dónde fue desde allí? Desconocido. Alguien dijo que Denis Grigorievich fue invitado a Belebey para enseñar en la Academia Político-Militar, alguien lo vio en Ufa asistiendo a cursos. En lugar de Denis Grigorievich, aparecieron nuevos profesores que sugirieron que los estudiantes de la formación política se concentraran en el trabajo independiente con los periódicos y el estudio de los informes militares. Así que la Campanella rusa desapareció de la vida de Nadezhda Kablukova y, lamentablemente, para siempre.
8
La información política con la que Nadezhda habló ahora a los educadores españoles fue, principalmente, un recuento de los materiales de Pravda y Red Bashkiria. Nadezhda parecía ser responsable ante los españoles de todos los acontecimientos de la vida del país, de todo lo que sucedia en el frente del ejército soviético. Al mismo tiempo, todas las victorias en el frente eran ahora también sus logros personales, de los que podía estar orgullosa. La brillante victoria de 1941 cerca de Moscú se vio mermada por la ofensiva de las tropas alemanas en el verano del próximo año, cuando ocuparon el norte del Cáucaso y se precipitaron hacia el Volga. El desaliento se apoderó de Nadezhda, le pareció que ya no se podía detener al enemigo, y ella, hablando ante los españoles, solo tenía que ocultar la terrible inevitabilidad. Todos sabían que Turquía y Japón ya estaban preparados para el ataque, y el mando soviético se vio obligado a mantener tropas cerca de sus fronteras. Los aliados, sin embargo, continuaron jugando un juego cobarde, posponiendo la apertura del segundo frente. Sí, es cierto, – “juego vil” – ¡Nadezhda no lo ocultó! En aquellos días, en los cursos de formacion política, se hablaba de la orden del Comandante en Jefe Supremo No. 227. “¡Ni un paso atrás!” exigió esta orden, se vio obligado a permanecer hasta el final en cada metro cuadrado de tierra soviética. ¡Oh, los españoles, lo entendieron perfectamente! El evento más significativo en la vida de Nadezhda en ese momento fue la ofensiva del Ejército Rojo en Stalingrado, que terminó con la derrota de las tropas nazis. Después de que el grupo enemigo de trescientos mil fue destruido y más de cien mil soldados y oficiales, liderados por el mariscal de campo general Paulus, fueron capturados, todos se dieron cuenta de que la ofensiva alemana había fracasado. Simultáneamente con la victoria en Stalingrado, las tropas soviéticas expulsaron a los nazis del norte del Cáucaso. ¿Necesito explicar cómo la voz de Nadezhda Kablukova se ha vuelto más fuerte, con qué fuerza persuasiva?
Una vez, cuando Nadezhda, parada frente a una audiencia con un nuevo número de Pravda en sus manos, comenzó a hablar de la autodisolución de la Internacional Comunista, educadores y empleados españoles de un salto se levantaron de sus asientos y comenzaron a gritar algo con odio en la cara. Nadezhda incluso pensó que empezarían a golpearla ahora. La oficial política Luisa, siempre contenida en sus acciones y palabras, le gritó algo en español mordazmente en la cara y luego salió corriendo de la habitación. Las puertas se cerraron de golpe en todo el edificio, luego todo quedó en silencio. Cuando Nadezhda salió al pasillo, vio que el director se apresuraba a recibirla. Miró más allá de Nadezhda y su voz estaba oficialmente seca. – Hoy será reemplazada en el servicio, y no habrá clases. Puedes irte libre. Sin entender realmente nada, Nadezhda todavía consideró superfluo hacer algunas preguntas. Pronto, cuando ya estaba en casa, sonó el teléfono y la invitaron a pasar por el Cuartel de Policía lo antes posible. Al entrar en una oficina familiar con un retrato de Dzerzhinsky, vio a todos los educadores españoles que habían escuchado recientemente su información política. Ahora estaban sentados uno al lado del otro contra la pared con la mirada baja. El dueño de la oficina se levantó, dejó la mesa, saludó a Nadezhda dandole la mano y la sentó en la mesa junto a él. Luego hizo una larga pausa, y cuando el silencio comenzó a parecer completamente extraño, dijo que los compañeros españoles aquí presentes se disculpan con la camarada Nadezhda por su comportamiento sin tacto en la información política. “Todo ha sido aclarado”, continuó el chequista. – Se resolvió el malentendido. El incidente debe considerarse resuelto. Ante estas palabras suyas, los españoles empezaron a inclinarse, llevándose las manos al pecho, y luego abandonaron la oficina en fila india. A lo largo de esta escena, Nadezhda permaneció desconcertada en silencio.
Cuando se cerró la puerta de la oficina, la chekista le dijo que hace una hora y media los educadores españoles corrieron hacia él y le declararon que la camarada Nadezhda era un enemigo, ella lamentó al Comintern como una organización capaz de capitular a favor del fascismo y los gobiernos reaccionarios, lo que supuestamente dijo sobre el liderazgo de autodisolución del Komintern, lo que significa que es una provocadora hábilmente disfrazada. Los españoles exigieron que fuera arrestada y llevada ante la justicia. El chekista, por su parte, mostró a los españoles los documentos que había recibido el día anterior sobre la autodisolución del Komintern, sobre la clandestinidad de toda su dirección. Aseguró a los españoles que todo lo que decía la camarada Nadezhda era cierto. Ya en la puerta, despidiéndose de Nadezhda, comentó: – Todos los orfanatos españoles creados en nuestra Unión ahora solo cuentan con el apoyo de nuestro gobierno, y antes de eso el Komintern les prestó una gran ayuda. ¡Así que se preocuparon! La situación se ha aclarado un poco. Nadezhda Kablukova continuó trabajando en el orfanato español casi hasta el final de la guerra, pero se negó a llevar a cabo información política, sin importar cómo el director del orfanato, el oficial político español e instructor principal del comité de la ciudad de Birsk, insistiera en esta … Escuela de Vigilancia Aérea y Comunicaciones, etc.
Educadora del orfanato E.A. Klobukova, cuyo material documental se convirtió en una de las fuentes de la narrativa Jefe de la unidad educativa del orfanato
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Leer el artículo en PDF (en ruso)
Historia de la casa de niños españoles en el pueblo de Birsk.
NIÑOS DE LA GUERRA: HISTORIA DE LA CASA DE NIÑOS ESPAÑOLES EN EL PUEBLO DE BIRSK.
UDC 94 (476), Galimova N.P.
Candó. filosofía. D., profesor asociado de BrSU (Brest, Bielorrusia)
Traducción de Maribel Barros
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La Guerra Civil española comenzó el 18 de julio de 1936 e inmediatamente se volvió extremadamente feroz. España se convirtió, como sabéis, en el primer campo de batalla contra el fascismo en Europa y vísperas de la Segunda Guerra Mundial. El número de bajas en los frentes fue de decenas de miles. Murieron muchos civiles.
A medida que la situación empeoraba tras el estallido de la Guerra Civil, se empezó a sacar niños de España, principalmente por motivos humanitarios. Todo fue organizado por el Consejo Nacional de la Infancia Evacuada y la Cruz Roja Internacional. Hubo campañas especiales de “¡Ayuda!” (SRI) En Europa. Respondieron de inmediato: Francia aceptó 20.000 niños, Bélgica 5.000, Gran Bretaña 4.000, Suiza 800, México 455 y Dinamarca 100. En la URSS, en 2 años (1937-38), se organizaron 4 expediciones. Según la Cruz Roja Internacional, un total de 2895 niños y adolescentes de 3 a 14 años fueron enviados a la URSS: 1676 niños y 1197 niñas. La mayoría proceden de familias trabajadoras pobres de las provincias del norte: País Vasco, Asturias y Cantabria. Estas zonas fueron inmediatamente aisladas del resto de la República Española como consecuencia del rápido avance de los franquistas. Los niños llegaron a la URSS en barcos, desde los puertos de Valencia, Bilbao, Gijón y Barcelona. En solo dos años -de 1937 a 1939- más de 34 mil niños de 3 a 15 años emigraron de España a diferentes países. [1, p. 35].
En la Unión Soviética en 1937-1939, se crearon orfanatos especiales para los niños españoles que fueron evacuados a la URSS como consecuencia de la Guerra Civil Española. Finalmente, las preocupaciones vividas empezaron a olvidarse, la vida fue mejorando poco a poco, pero la Gran Guerra Patria lo trastocó todo. Desde Moscú, la región de Moscú y Ucrania, los niños fueron llevados a la retaguardia: a la región del Volga, el Cáucaso Norte, la región de Chelyabinsk, Altai y Asia Central. Bashkiria no es una excepción.
“… Resolución del Consejo de Comisarios del Pueblo de la BASSR sobre la colocación de orfanatos para niños españoles evacuados del 10 de agosto de 1942.
El Consejo de Comisarios del Pueblo de Bashkir ASSR decide:
- Coloque los orfanatos españoles evacuados (es decir, los orfanatos creados para niños que llegaron de España) en las siguientes áreas:
- a) Orfanato No. 2 con un contingente de 223 personas. – en la ciudad de Birsk, a discreción del comité ejecutivo del consejo de distrito, en los locales, con la excepción de los edificios escolares;
- b) Orfanato No. 3 con un contingente de 153 personas. – en el nuevo edificio de la escuela secundaria Yazykovskaya en el distrito de Blagovarsky, dejando la escuela en el edificio antiguo;
- c) Orfanato No. 12 con un contingente de 136 personas. – en la escuela secundaria Safarovskaya del distrito de Chishminsky, después de haber transferido la escuela a un trabajo de dos turnos;
- d) Orfanato de Jarkov con un contingente de 111 personas. – en la aldea trabajadora de Meleuz, en los edificios del ayuntamiento y la escuela secundaria nº 1, traspaso de las lecciones escolares del segundo turno a las instalaciones de otra escuela secundaria;
- Obligar a los presidentes de los comités ejecutivos de los consejos de distrito – Birsky – Camarada Rogozhnikov, Ilishevsky – Camarada Gabdullin, Meleuzovsky – Camarada Ivanov, Blagovarsky – Camarada Khafizov a desalojar los locales indicados en el párrafo 1 y prepararlos para la recepción de niños .
- Obligar a la Comisaría Popular de Educación de la BASSR (Camarada Zainasheva) y a los presidentes de las comisiones ejecutivas de dichos consejos distritales a organizar una reunión encuentro con los niños, preparar alojamiento y la creación de condiciones normales en el trabajo de los orfanatos.
Sugerir al Comisariado Popular de Educación de la BASSR (camarada Zainashev) que asigne 60 mil rublos. para adaptación a orfanatos dentro de la asignación presupuestaria para 1942.
- Obligar a la Comisaría del Pueblo de Comercio de la BASSR (camarada Korshunova) a asignar fondos para 623 personas para los orfanatos evacuados, ya la Bashpotrebsoyuz (camarada Denmukhametova) a organizar un suministro ininterrumpido de alimentos.
- Solicitar al Consejo de Comisarios del Pueblo de la RSFSR que autorice el traslado temporal de los edificios de las escuelas Andreevskaya, Yazykovskaya y Meleuzovskaya para orfanatos de niños españoles evacuados y el traslado de las clases de estas escuelas a trabajos en dos turnos.
Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo de la BASSR S. Vagapov.
Administrador de SNK BASSR A. Kurmaev “[2, p. 292].
En Birsk, la casa donde se alojaban los niños españoles estaba ubicada en la calle Frunze, 2. Las condiciones de vida eran difíciles: el local estaba mal adaptado para vivir y estaba en malas condiciones sanitarias. Las duras condiciones de vida se reflejan en informes anuales, memorandos, informes de encuestas de vivienda y otros documentos.
Entonces, del informe del orfanato No. 2 se desprende que de los 193 internos del orfanato No. 2 (Birsk, República Autónoma Socialista Soviética de Bashkir) “solo 93 personas duermen una a una en una cama, ya que la disponibilidad de espacio no permite suministrar el número de camas requerido ”[3, L. 2].
Casi todos los colectivos de orfanatos sufrieron por falta de combustible, ya que no tuvieron tiempo de prepararse para el frío. La situación se vio agravada por la falta de ropa de invierno. Fue durante los años de la guerra cuando los orfanatos enfrentaron un problema como la escasez de leña en el suelo y los suministros limitados. Y si en el primer año de la evacuación la situación era deplorable, en 1943 se tomaron medidas para prepararse de antemano para la temporada de calefacción.
Entonces, según el informe del orfanato No. 2 (Birsk, República Socialista Soviética Autónoma de Bashkir) para el año académico 1942-43, se firmó un acuerdo con la empresa forestal local y se planeó comenzar a recolectar leña el 1 de julio. . “Después del procesamiento, la madera será transportada en rafting hasta el pueblo de Burnovo, es decir. 6 km de Birsk, donde se ubicará antes de la primera ruta, porque en condiciones de verano con vehículos extremadamente limitados, el orfanato no tendrá tiempo para transferir leña suficiente ”[4, L. 8].
A pesar de las dificultades de la guerra, las clases en las escuelas no se cancelaron. La mayoría de los niños evacuados fueron a escuelas locales. Los niños de sexto a séptimo grado, por decisión del Comisariado del Pueblo para la Educación, pasaron a recibir capacitación en ruso para acelerar el proceso de adaptación social. Sin embargo, algunas de las asignaturas aún se impartían en español.
Las escuelas locales, por regla general, no se adaptaron a la afluencia de estudiantes evacuados. Por tanto, a los españoles se les asignó tiempo en el segundo turno, y en ocasiones en el tercer turno, en las aulas había problemas con la calefacción y la iluminación.
La dirección del orfanato n. ° 2 (Birsk, República Socialista Soviética Autónoma de Bashkir) señaló en un informe de 1942-43 que en la escuela local al orfanato español se le dio tiempo solo en el tercer turno, por lo que fue posible “ realizar solo 12 lecciones al día, ya que no había iluminación eléctrica en el edificio de la escuela ”[5, L. 2].
Después del final de la guerra, el orfanato español fue evacuado de Birsk.
En 1987, Carmen Fernández, una de las alumnas del orfanato español, llegó al orfanato de Birsk por invitación deuna agrupación de búsqueda de antiguos alumnos. Se reunió con un ex empleado del orfanato español Ivanov A.V. Carmen Fernández habló mucho de aquellos tiempos lejanos. Cómo vivieron esa difícil época de guerra [6].
Los niños españoles, que ya habían sobrevivido a la guerra española, fueron rodeados de cariño y atención por maestros talentosos y desinteresados que reemplazaron a sus familias durante muchos meses.
Carmen recordó con especial calidez a sus educadoras favoritas: Polupanova O.D. – jefa del departamento educativo del orfanato, Klobukova E.A. (de soltera Avdeeva) – educadora. Birsk quedó en su memoria como una ciudad verde y hermosa.
El destino de estos niños fue diferente. Muchos regresaron a su tierra natal en España, muchos permanecieron en la Unión Soviética, recibieron una educación y lograron un gran éxito en su nueva patria.
Uno de ellos, Arnaldo Fernández, se graduó en la facultad de estudios cinematográficos de VGIK, director de cine documental ucraniano soviético de origen español. Artista de Honor de la RSFSR, condecorado con la Orden de la Revolución de Octubre y medallas. Vivió en Kiev [7, p. 36-37].
Literatura:
- Savchenkova ME Niños españoles durante la Gran Guerra Patria // Investigación histórica: materiales de la V Pasante. científico. conf. (Samara, marzo de 2017). – Samara: ASGARD Publishing House LLC, 2017. – págs. 46-49. – URL https://moluch.ru/conf/hist/archive/242/11991/ (fecha de acceso: 19.02.2020).
- TsGA BASSR, [f. 394, op. 3, d.1504, l. 292]
- Archivos estatales de la Federación de Rusia. F. A307. Op. 1.D.141.L.2.
- Archivos estatales de la Federación de Rusia. F. A307. Op. 1.D. 141.L. 8.
- Archivos estatales de la Federación de Rusia. F. A307. Op. 1.D.141.L.2.
- POSREDI.RU – https://posredi.ru/blog02_2odnozvuchno_zvenit.html
- Elpatievsky A. V. Emigración española en la URSS. Tver, 2002. – S. 36-37.
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Leer el artículo en PDF (en ruso)
La maestra de orfanato E.A. Klobukova, cuyo material documental se convirtió en una de las fuentes del artículo
Olga Dmitrievna Polupanova, jefa de la unidad educativa del orfanato (todavía llevaba su apellido de soltera Avdeeva)
Salvador Viella (?), alumno del orfanato de niños españoles Birsk
Paquita Puja (¿Puche?), alumna del orfanato de niños españoles Birsk
Anna Santos, alumna del orfanato de niños españoles Birsk
Elsa Labarga Nistal, alumna del orfanato de niños españoles Birsk
Filomena Martinez, alumna del orfanato de niños españoles Birsk
Frades Murga, Maria Luisa, alumna del orfanato de niños españoles Birsk
Carmina Orejudo, alumna del orfanato de niños españoles Birsk
Covadonga Gutiérrez Suárez, alumna del orfanato de niños españoles Birsk