Kaluga

Casa de Ajlebínino

Casa 3, Ajlebínino, Kaluga

  • Casa en la población de Ajlebínino, situada a 24 km de Kaluga, a cuyo Óblast pertenece, y a 200 km de Moscú.
  • 264 niños, alternando estancia con Planérnaya.
  • La Casa 3 contaba con 192 empleados rusos y 15 españoles.
  • Director: Skripnyov
  • La casa No 3, que se encontraba antes de la guerra en la aldea Ajlebínino, cerca de Kaluga, fue evacuada en septiembre de 1941 a la región de Stalingrado (aldeas Dóbrinka y Galka). Posteriormente el colectivo fue evacuado a Yazykovo, en el distrito de Blagovarski (Bashkiria). Regresaron a la región de Moscú, a Tarásovka, en agosto de 1944.
Imagen del artículo «Dionisio García Zapico. Un español en Rusia».
Ajlebínino, finca Konshinskaya
Finca «Konshin», Ajlebínino (Oblast de Kaluga). Posible ubicación de la Casa 3.
Paisaje de Kaluga
Paisaje de Kaluga, en las inmediaciones de Ajlebínino.
Ajlebínino, la antigua hacienda de N. N. Konshin
En el siglo XIX la finca era propiedad de N. N. Konshin, un fabricante de barcos de vapor de Serpujov, propietario de fábricas textiles y azucareras, entre otras.

Los edificios de ladrillo rojo de la finca de Konshin aún se elevan sobre las verdes orillas. Su esposa, la cantante I. Y. Konshina, vivía encerrada en el pueblo por el marido, un terrateniente autoritario. Era aficionada a coleccionar trajes típicos y bordados en los pueblos de los alrededores, recopilando el folclore local. En la aldea de Konshina creó un taller artesanal campesino, donde tejía y bordaba (…)

En 1935 (fecha errónea, pues se trata de 1937 ó 1938, la finca de Akhlebinino se convirtió en un refugio para los hijos de los luchadores antifascistas españoles. Aquí, a orillas del río Oka, encontraron su segunda patria.

Fuente: Excursión a Avchurino y Akhlebinino, de Kirill Salnikov. Publicado en la sección «Rutas turísticas de la región de Kaluga», el 15/04/2022. Con acceso en el sitio Fotos de Kaluga

La Casa 3, según Dionisio García Zapico
«En el verano del 38, por alguna razón nos trasladaron de la carretera vieja, cerca de Kaluga, al pueblo de Akhlebinino. No sé con seguridad si todo el orfanato se trasladó al nuevo lugar o sólo en parte. Pero mi grupo y muchos otros niños acabaron en Ajlebínino, no lejos del río Oka (donde posteriormente nos enseñarían a nadar). Al parecer, no todo el orfanato se trasladó aquí, porque muchos de nuestros profesores y educadores no estaban en Ajlebínino.

La lengua rusa nos la enseñaba Marusya Barabanova (como la llamaban los adultos) – una joven escultural de movimiento grácil y ojos claros, una chica del Komsomol, que creía en el socialismo. Muy eficiante y enérgica, captó inmediatamente nuestra atención. Está claro que eso no se aprende. Al parecer, acababa de graduarse en una escuela de magisterio y nos la enviaron «a través del Komsomol». Me imagino lo contenta que estaba: ¡Iba a enseñar a los niños del «heroico pueblo español que lucha contra el fascismo»!

En Ajlebínino, recuerdo especialmente el enorme huerto de manzanos (también había cerezos y ciruelos, pero había muchos más manzanos)».

Fuente:  Un español en Rusia, de Dionisio García Zapico. Extracto de las «Memorias». Editado por Natalia Malinovskaya  en Revista de Literatura Extranjera, Nº 5, 2013. Texto completo, en ruso, leer el extracto completo en PDF (en ruso).

"Camarada Sergio", de Yuri Jolopov
Un escritor local, Yuri Jolopov, miembro de la Unión de Escritores de Rusia, documenta con precisión y belleza la acogida y simpatía del pueblo de Ajlebínino hacia los “nuestros”, que acabaron sindo también los “suyos” por varias razones que se desgranan en el artículo.

Leer «Camarada Sergio«

Españoles en Ajlebínino

«Los niños españoles vivían en un orfanato en el pueblo de Akhlebinino, a 14 (error, son 24) kilómetros de Kaluga, en la orilla derecha del río Oka, a medio kilómetro de la autopista Kaluga-Tula. (…) Mi padre nos llevaba en un coche del Comité Municipal a Akhlebinino para conocer a los niños españoles. En el campamento nos contaban y enseñaban cosas; y jugábamos al fútbol. Los españoles son buenos futbolistas, comprobábamos que lo eran. Después del partido, los niños españoles se mezclaban con los invitados recién llegados. Los españoles llevaban gorras militares republicanas, con una borla delante. Se pusieron de moda en Kaluga y muchos niños lucían este tipo de gorras con borlas delante».

Fuente: Mi primer amigo en la vida. Recuerdos de Valentin Berestov, Moscú 2017. Acceso al PDF (en ruso)