Piatigorsk (ladera del Beshtau)

  • Estancia temporal, durante casi un año, de los niños evacuados procedentes de Jersón
  • Emplazada en uno de los edificios del monasterio de Athos, en la ladera del monte Beshtau, cuyos edificios anexos, como el de la Casa de Niños, habían sido reconvertidos durante el periodo soviético en campamentos o residencias vacacionales para jóvenes.
  • En Beshtau permanece el colectivo de Jersón durante un año, hasta que el avance alemán progresa por el Cáucaso Norte y se ven obligados a abandonar repentinamente la residencia, tras un despliegue paracaidista enemigo en la cumbre vecina del Mashuk. El conjunto de Jersón emprende a pie la nueva evacuación camino de los puertos del Caspio, para cruzarlo y proseguir un prolongado itinerario hasta asentarse en la remota Tundrija, en la región siberiana de Altai.
  • Situación del campamento
En la parte central del dibujo de José Moreno, se aprecia la Casa en Beshtau, Piatigorsk.

El dibujo de José Moreno, uno de los educadores, ilustra las sucesivas «casas» (Jersón, Beshtau, Tundrija) por las que pasa en su evacuación el colectivo.

En el centro del dibujo se reconoce la imagen de la Casa de Beshtau.

Casa en la ladera del Beshtau, Piatigorsk. 1934 o "años 40" (?)

La imagen refleja el edificio en que estuvieron alojados los niños evacuados de la Casa de Jersón, entre julio de 1941 y agosto de 1942. No existe certeza sobre la fecha de la fotografía, identificada según unas fuentes, con el periodo vacacional de 1934 y, de acuerdo con otras, con algún momento de los «años 40».

El edificio de la colonia vacacional, arruinado tras la guerra, no se conserva en la actualidad.

Por el momento, no existe certeza sobre el grupo de jóvenes que aparece en la imagen. Si la fecha de 1934 se confirma, quedaría descartada la coincidencia con los niños de Jersón.

A. I. Lohnovskaya, profesora de la Casa de Niños

EXTRACTO DE LAS MEMORIAS DE A. I. LOHNOVSKAYA, PROFESORA DE UN ORFANATO PARA NIÑOS DE REPUBLICANOS ESPAÑOLES EN KHERSON

1937-1944

(…) De repente, el 22 de junio (de 1941) se enteraron del comienzo de la Gran Guerra Patria. Alemania atacó a la Unión Soviética. Todos los adultos y niños lloraban. Los niños seguían asustados porque ya habían soportado los horrores de la guerra en España, y aunque habían encontrado una segunda patria, la URSS, de repente también había guerra. El 19 de agosto de 1941, el orfanato fue evacuado al norte del Cáucaso, ubicándose en Pyatigorsk …

El 18 de agosto de 1942, cuando las hordas alemanas se acercaron a Stavropol, se dio la orden de evacuar nuevamente el orfanato. La evacuación fue muy difícil, no había transporte, hubo que caminar desde Pyatigorsk hasta la estación de Prokhladnaya. En Lermontovka en el monte Mashuk, los alemanes ocuparon una posición avanzada. Hubo que irse rápidamente …

Desde Makhachkala, “La Casa de Niños” fue trasladada a Kraonovodsk, y desde allí, en tren a Barnaul, en la región de Altai. Desde Barnaul, la Casa fue trasladada  en automóviles y asentada finalmente en Tundrija, en el distrito de Zalesovsky…

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Archivos estatales de la región de Kherson, f. p-4001, op. 1, d. | l, 1-8, 10. Original.

Testimonio de Antolina Echevarría Aguirrezábal

De Jersón nos dirigimos al Cáucaso, a la ciudad de Piatigorsk, en el monte Beshtau. Allí las condiciones de vida eran estupendas, había de todo. Teníamos nuestra propio terreno con vacas, cerdos, gallinas. Teníamos campos que labrábamos y plantábamos patatas. Trabajábamos para nosotros mismos para no depender del Estado, ya que estábamos en guerra, nos esforzábamos mucho. Recuerdo que yo misma batía la mantequilla. En los tiempos de la guerra en Piatigorsk había un taller donde tejíamos calcetines para el frente. Los tejíamos alrededor de una lámpara de aceite, ya al estar en lo alto de una montaña no podíamos encender la luz. ¡Por la mañana nos despertábamos con la nariz negra! Recuerdo que cuando tejí 100 pares de calcetines me premiaron: fui a ver la opereta «A las orillas del río Amur» en el teatro evacuado de Piatigorsk, aún lo recuerdo.

Lo curioso es que hace dos años descubrí que en Beshtau vivíamos en el territorio de un monasterio y en el periódico de Piatigorsk se publicó que los niños españoles habían fallecido en 1942. Había que desmentirlo. Mi nieta con su marido y mis dos bisnietos van allí todos los años a hacer terapias. Estuvieron con el abad del monasterio y mi nieta le dijo «mi abuela estuvo en 1942 en el monte Beshtau y no murió ningún español». El abad se quedó muy intrigado, entonces yo le relaté todo lo que había pasado por escrito.

Por suerte nos despertaron por la noche. Un paracaidista alemán aterrizó por la noche en Mashuk, que está muy cerca. Llegaron los militares diciendo «ha aterrizado un paracaidista y vosotros tenéis a los niños durmiendo». Nos despertaron a todos y nos dijeron dos cosas «Estación Projladnaya, 150 kilómetros a pie». Nos quitamos los pijamas, nos vestimos y con lo puesto nos fuimos andando a Piatigorsk. Caminamos toda la noche. Llegamos a Piatigorsk pero allí no nos dejaron pasar porque había que ceder paso al ejercito. Por desgracia se estaban retirando pero yo siempre digo que «cambiaban de posición». Tengo tanto aprecio por nuestro ejército, han hecho tanto por nosotros que no podría decir otra cosa. Ellos no tuvieron la culpa. Estábamos, por tanto, sin poder pasar, pero teníamos un director muy astuto, Kravchenko, era estupendo. Tenía ulcera y no le aceptaron en el frente, se llevaba muy bien con los niños. Finalmente insistió y nos dejaron pasar junto al ejército rojo.

Y allí comenzaron nuestros ciento cincuenta kilómetros. No recuerdo si quiera que paráramos a sentarnos o a comer. Solo sé que los militares nos acompañaban. Evacuaron al ganado. Evacuaron a los caballos. No había quien ordeñara a las vacas. Todo eso pasaba junto a nosotros, delante de nuestros ojos, era terrible. Y delante el camino polvoriento. Ni un arbusto, ni un bosque, nada. Durante todo el camino nos bombardeaban los fascistas. Descendían de manera tan descarada, tan cerca, que se podía ver al piloto. Y no solo nos tiraban bombas, también disparaban, así de cerca se aproximaban. Tenían buenos pilotos porque aquello era arriesgado.

Anduvimos tres días y tres noches. No encontramos con unos militares jóvenes que revisaban los documentos. ¿Qué documentos teníamos nosotros? No llevábamos nada. Nos separaron en grupos, perdí de vista a mi hermana. Entonces aún hablábamos mal en ruso, entendíamos algo pero hablarlo… Dijimos «no documentos, no» en español. Apareció un joven diciendo «pero si son los niños españoles, ya han pasado muchos de ellos hacia la estación Projladnaya». Nos trajeron unas sandias enormes. Nos pusimos a comernos las sandias mientras nos bombardeaban porque estábamos hartos de todo. Nos metieron junto a los militares en el tren, en un vagón blindado. Solo quedaron aquellos militares que seguramente debían hacer explotar la estación Projladnaya y aquellos que debían defenderse, marcharon en la otra dirección.

Hay que decir que se nos perdió uno de los niños. Empezó el bombardeo. Este niño tenía un perro al que quería mucho. Todos lo queríamos, pero él se consideraba su dueño, ese perro lo era todo para él. Y cuando comenzaron los bombardeos el perro se escapó en la dirección por donde se fueron parte de los militares. Él se fue siguiendo al perro. Finalmente lo encontraron los alemanes y lo enviaron a España. Por entonces no sabíamos que Franco había mandado traer a los niños de regreso, por eso le envidiábamos. Le cuento lo que sentíamos realmente en ese momento. ¿Cómo supimos que estaba vivo? Su hermano se quedó aquí y en 1945 recibió una carta de España en la que decía que estaba con sus padres.

Nosotros también recibimos una carta en 1945 de nuestros padres. Durante la guerra no funcionaba el correo. La carta iba dirigida a Radio Moscú, llevaba el nombre de mi hermana y el mío. La carta llegó al destino. La Cruz Roja la hizo llegar a la casa de acogida donde nos encontraron. Esa carta fue pasando de un barco a otro, tenía tantos sellos fascinantes de todos los países por los que pasó. Y finalmente llegó a Radio Moscú.

Recordábamos aquello mucho tiempo después todavía. Nuestro grupo de acogida no tuvo demasiada suerte ya que no éramos lo bastante mayores como para andar 150 kilómetros. Fue bastante duro. Nos llevaron a Majachkala en un vagón blindado y allí esperamos a que nos trasladaran, aún sin saber a dónde (…).

Fuente: Antolina Echevarría Aguirrezábal, en el blog “Los niños de la guerra: en sus propiаs palabras” (de Rusia, con texto en castellano), con entrevistas de Anna Grave e imágenes de Mikhail Platonov. Con acceso en: https://ninosdelaguerra.ru/antolina/es

Referencias sobre la presencia de los niños españoles

«A principios de los 40, se organizó aquí un campamento internacional de pioneros. Los hijos de la élite del partido descansaban en él. Incluidos de Bulgaria y España.».

Fuente: Sitio web del Monasterio de Athos en Beshtau, con acceso, en lengua rusa: http://www.lermontovcity.ru/monastyir/vtoro-afonskiy-monastyir.html

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«A principios de la década de 1920, los monjes fueron desplazados por primera vez y en 1922 se ubicó un orfanato en uno de los edificios. El monasterio se volvió a reunir en 1926, y en 1927 algunos de los monjes se desterraron a las montañas. El edificio anexo albergó un sanatorio para discapacitados. Quedaban pocos monjes, y en algunas habitaciones, durante el verano, se ubicó la base del campamento de pioneros. En los años 30, la Iglesia de la Asunción fue transferida a la Sociedad de Turismo y Excursiones y un centro turístico se ubicó en el sitio. Antes del inicio de la Gran Guerra Patria, se abrió un orfanato en el antiguo monasterio para niños extraídos de España.

Durante la Segunda Guerra Mundial, una unidad militar soviética estuvo estacionada en el monasterio. Con el avance de los alemanes, ante la amenaza de un cerco desde la periferia de Zheleznovodsk y Pyatigorsk, se vieron obligados a retirarse. Los alemanes ocuparon el monasterio durante unos seis meses.

Después del final de la ocupación de Pyatigorsk en 1943, casi todos los edificios del templo fueron destruidos»

Fuente: sitio del Museo de LErmontov, con acceso en lengua rusa: https://muzeylermontov.ucoz.ru/index/0-13

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Poema de A. Pushkin «Vi los límites yermos de Asia» sobre El Cáucaso Norte

Residencia vacacional en el monasterio de Beshtau, Piatigorsk.
Grupo de pioneros (sin identificar) en la residencia de Beshtau. (Año desconocido).
Antiguo grabado de los edificios del monasterio de Beshtau. (Año desconocido).

Todo el periplo de la Casa de Jersón

La Casa de Jersón («Orfanato Nº 7» en los documentos de la administración interna) llegó a Tundrija después de un largo periplo, con estancia temporal en el monasterio del Monte Beshtau (cerca de Piatigorsk, en el Cáucaso).  Si deseas conocer el itinerario, sigue el enlace.