Casa 9, Leningrado

  • Casa en Avenida 25 de Octubre, 169, Leningrado (Avenida Nevsky, actualmente)
  •  195 niños/as españoles. Personal ruso: 95; empleados españoles: 17.
  • Director: Matvei Mijáilovich Molótnikov
  • Maestras y educadores:
    • Nicolás Diez Valbuena, maestro
    • Rosario Álvarez Álvarez, maestra
    • Jesús Quirós Guardado, maestro
    • Pilar Villaverde, maestra
    • Caridad Lueje Alea, costurera
    • Araceli Fernández García, educadora
    • Dulce María Diez Lueje, enfermera
  • A partir de 1940, fue conocida como “la Casa de los mayores” o “Casa de Jóvenes”.

    El maestro Jesús Quirós Guardado.

    Casa 9, Leningrado. Avenida 25 de Octubre.

    De izquierda a derecha: Dulce María (enfermera), el maestro Nicolás Diez Valbuena (padre de Dulce María); Pilar Villaverde Herrán (maestra) y, abajo, Caridad Lueje Alea (costurera) esposa de Nicolás Diez. Todos ellos maestros o educadores de la Casa 9, en Leningrado.

    La "Casa de Jóvenes"

    “Sin duda había que hacer algo con nosotros. La guerra de España había terminado y nuestro regreso se posponía indefinidamente. Era preciso replantear toda la estrategia de nuestra educación. La mayoría ya andábamos por los quince años. Algunos con diecinueve, habían rebasado con mucho la edad de permanencia en una casa de niños.
    Fue acordado abrir dos casa de jóvenes, una en Leningrado y otra en Moscú. En la de Moscú ingresarían los que para el verano de 1940 tuvieran estudios de séptimo grado. Estos harían estudios de perito industrial. Los mayores de quince años que no tuvieran séptimo acabado pasarían a Leningrado para hacer un curso de formación laboral”.

    Fuente: Fernández Sánchez, José (2023): Vida y exilio. Memorias de un español en la URSS. Editado por Marina Lobo / Impronta. 504 pág.

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    “La Casa de Jóvenes ocupaba casi toda la manzana. Era un edificio sobrio pero con empaque, nada que ver con la campestre casa de Txíscovo. Estaba céntrica, en la Perspectiva Nevski, número 9. Tenía biblioteca y aulas, pero mucho más reducida que la de Pravda.

    La organización de las jornadas de los jóvenes en Leningrado nada tenía que ver con las de las casas infantiles. Desayunaban y el resto del día lo pasaban fuera. Unos iban a la universidad y otros a formación profesional. Pero estos últimos estaban asignados, a la vez, a una empresa o fábrica aunque no tuviera, aparentemente, mucho que ver con la enseñanza elegida”.

    Fuente: Capítulo 31. Leningrado. Junio 1940 a junio de 1941. (Fernández-Miranda de Lucas, Pablo (2019): Pisaré sus calles nuevamente, Ediciones GPS. Madrid, 440 pág.)

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    “En la casa de Leningrado los obreros cobraban su sueldo que era mayor que el estipendio de los estudiantes, lo que en aquel tiempo era motivo de cierto respeto hacia ellos.
    En estas dos casas de la juventud española ya nos trataban como a adultos, incluso podíamos fumar, lo que algunos tontos comenzamos a hacer para sentirnos más mayores.
    Para la comida nos daban en mano un estipendio de 250 rublos al mes, lo que llegaba y daba también para el transporte urbano y para ir al cine.”

    Fuente: Río Salceda, Bernardo Clemente del (2004): 20.000 días en la U.R.S.S.: recuerdos, descubrimientos y reflexiones de un niño de la guerra. Fundación Francisco Largo Caballero, Editorial Entre Líneas. Madrid, 2004. 346 pág.

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    La evacuación de la Casa 9 a Mostovoye

    Los jóvenes de la Casa 9 y sus educadores, con los mayores de la Casa 8, permanecieron dentro de la ciudad hasta marzo de 1942, sufriendo los meses más duros del prolongado asedio. En torno al 18-19 de marzo de 1942, fueron evacuados a la stanitsa (pueblo cosaco) de Mostovoye, en la región de Krasnodar.

    La evacuación de la Casa 9: de Leningrado al Cáucaso

    Represión estalinista sobre los maestros

    “La represión política sobrevoló el colectivo español por cues- tiones de edad: los niños soportaron climatológicamente la doctrina, pero sortearon el castigo. En cambio, sobre educadores y maestros, como sobre el conjunto adulto de la emigración política, la ortodoxia se aplicó con severidad. La discrepancia con el ideario omnipresente, el deseo de abandonar la Unión Soviética o la mera ironía sobre la rigidez del sistema, ponían a cualquier persona bajo sospecha de los comisarios políticos (…) La etapa más cruda coincidió on la llegada del colectivo español, a finales de los años 30, cuando “la confesión era la reina de las pruebas”. Paradójicamente, los colectivos más castigados estaban constituidos por miembros del Partido, militares y, en nuestro caso, por educadores y maestros”.

    “La persecución de los educadores venía aderezada con una sombra previa extendida sobre su naturaleza o comportamiento. La adjetivación de los estados de ánimo como “insanos”, la predisposición negativa hacia el Régimen o la mera crítica de alguna disposición, iban alimentando el imaginario paranoide del estalinismo, hasta que cualquier menudencia desencadenaba el proceso, al modo más netamente kafkiano del término. La maestra oriunda de La Felguera, Rosario Álvarez, fue encarcelada varios años y desterrada después tras un comentario jocoso, indigerible para el autoritarismo (…) Junto a Rosario Álvarez, muchos educadores sufrieron vigilancia y estigma, siendo especialmente severos los castigos y encarcelamientos de Juan Bote, Nicolás Díez Valbuena y Petra Díaz. Unicamente Juan Bote y Rosario Álverez pudieron regresar con vida de los años de internamiento y destierro.”

    Fuente: Varios Autores (2023): Atlas de las Evacuaciones. Geografía e Historia de los Niños de la Guerra“. Editado por la Asociación “Niños de Rusia”, Asturias, 2023. 64 pág.

    El Cerco de Leningrado

    El Cerco de Leningrado, conocido también con los nombres de “sitio” o “bloqueo”, nombra los casi 900 días de asedio que sufrió la capital báltica por parte del ejército alemán.

    Los niños más pequeños fueron evacuados enseguida, tras el inicio de la invasión alemana, pero a partir del 8 de septiembre de 1941 se cerraron todas las salidas, con más de un centenar de españoles apresados y la mitad de la población aún sin evacuar.

    En enero de 1942, se abrió el Cerco, que volvió a cerrarse en abril. A través del Ladoga helado, se reanudó la evacuación de la población civil. El 19 de marzo de 1942 lograba salir un contingente de 70 u 80 jóvenes españoles con sus maestros. Aquellos días de marzo la ciudad llegó a evacuar unas 15.000 personas por día. Salían por el “Camino de la Vida”, una vía de suministro y evacuación a través del lago Ladoga helado.

    Maestros de la Casa 9