Entretenimiento, I

Un entretenimiento para el confinamiento.

Todos tenemos álbumes de fotos. Algunos con fotos viejas que -sospechamos- eran de algunos parientes esfumados del recuerdo. Otras veces no podemos distinguir si la que aparece en la foto es una tía, tu madre o tu misma. El tiempo pasa y van quedando en el olvido. De vez en cuando surge un recuerdo o un comentario y sales corriendo:  ¡Espera, que tengo una foto de aquella fiesta, vas a ver qué delgaditas estábamos!

Les invito a que hagan otro tipo de recorrido por las fotos viejas. Con una mirada de “Sherlock Holmes” y hasta con una lupa, porque algunas veces las mas viejas van perdiendo nitidez. Da mucha pereza, pero es que se puede encontrar un “tesoro” y, además, con suerte y mucha perseverancia se pueden encontrar las pistas del pasado que no nos contaron.

Entre las fotos viejas de mi familia siempre vi dos fotos de mi madre que ella nos había dicho que eran de Francia. Sabíamos que ella salió de España en el 39, estuvo unos meses en Francia y desde ahí, en el buque “María Ulianova” al puerto de Leningrado, como la gran mayoría de los refugiados españoles. Creo recordar que en alguna ocasión le pregunté de qué sitio eran y ella se hizo la loca. Eran dos sitios muy bonitos. En una se veían unas montañas al fondo y delante un lago. En la otra ella estaba apoyada en lo que parecía la barandilla de un puente, sobre un rio, y al fondo otro puente de arcos, romanos o no, de esos que se usan para que pase el tren o los antiguos acueductos. Esas fotos quedaron en el olvido, de vez en cuando las miraba para pensar: ¡Que guapa era mi madre!

Ahora que me he puesto a querer saber todo sobre mi madre, empecé a preguntar en la familia: nadie sabia nada. Me chocaba mucho que mi madre luciera como una turista no como una refugiada. Para mí, todos los españoles que salieron a Francia estaban en campos de concentración. Como tengo un hijo escalador le pregunté si había alguna forma de saber qué montes eran esos que se veían al fondo de la foto. Me dijo que sí, pero que habría que preguntarle a alguna asociación francesa.

Los localizó y me dio la dirección. Inmediatamente les escribí, y me contestaron que ese monte alto que se veía al fondo era el Mont Blanc. ¡Vamos, como mi madre tenía pinta de turista en la foto a lo mejor pensaron que estaba en Chamonix!. No les había comentado que mi madre estaba de refugiada. Di por imposible que pudiera estar en la falda del Mont Blanc. Pasaron los años, y por mucho que busqué y pregunté no conseguí nada. Dejé el tema tranquilo hasta que recibí el “lichnoe delo” (expediente personal) de mi madre del Archivo Soviético. En su autobiografía cuenta que estuvo en Francia todo el tiempo acompañada de “K” una amiga de España y miembro del Partido. Pensé, ya que mi madre no dice donde estuvieron, que tal vez “K” si lo dijese. Escribí al archivo explicando lo que necesitaba y, sorpresivamente, los muy brujos se leyeron el “lichnoe delo” de “K” y me dijeron que sí, que menciona a mi madre en todo el trayecto. Sorpresivamente me complacieron. “K” daba los nombres de los lugares donde estuvieron. Pienso que es porque “K” sabía francés y mi madre no, por lo que es muy probable que se le olvidaran los nombres de los lugares. Escribí a los ayuntamientos de los dos pueblos y me contestaron que no tenían listados de los refugiados que pasaron por ahí, pero recordaban que los refugiados que fueron a parar a esa zona fueron acogidos por personas particulares, y éstas a su vez recibieron una subvención del gobierno francés, y el listado de esas subvenciones sí que lo tenían, junto con los nombres de las personas acogidas.

En esa región hubo 2.000 refugiados españoles. Fueron acogidos con simpatía y afecto. Hasta organizaron una escuela para los niños de los españoles. Me mandaron los listados y ahí estaban mi madre y “K”. El monte que se veía en la foto sí era el Mont Blanc. El pueblo era Le Lauzet, Alpes de la Alta Provenza. Estuvieron en un hotel cuya foto actual también me enviaron; pero buscando en internet, encontré una postal antigua que me pareció mas adecuada a aquel momento. Les presento las fotos, para que se sorprendan cómo lo hice yo en aquella ocasión.

La historia de la segunda foto será para otro día.