Gari Pintos Mimo, Hijo de Francisco Pintos y Mercedes Mimo.

Francisco Pintos y Mercedes Mimo. Parte II

Asociación NR.

El 03 de Abril de 2017 falleció en México Gari, hijo de Francisco Pintos y Mercedes Mimo. Un. mes después tuvo lugar un acto conmemorativo en el que participó su mujer, Marcela de Neymet, la familia Pintos y otras personas ligadas al fallecido. La transcripción de las intervenciones se publicó en Tribuna Comunista, una publicación digital del MCM (Movimiento Comunista Mexicano), en los números de 13 y 20 de mayo de 2017. La transcripción de las inetrvenciones corrió a cargo de Ruxi Mendieta, del MCM, y ha sido adaptada por Luis F. Préstamo, para facilitar su lectura.

Acto conmemorativo.

El 03 de Abril de 2017 moría en México Gari, hijo de Francisco Pintos y Mercedes Mimo.

El día 5 de mayo, a las 6 de la tarde, nos reunimos en Álvaro Obregón 10,  sede  de la COCYP  para recordar  al camarada Gari. Presidieron el evento, Marcela de Neymet, Leonel Posadas, Cesar Enciso y Juan Pablo Jardón. La conducción del evento estuvo a cargo de la camarada Tere Badillo, integrante del MCM.

Se hablo desde varios puntos de vista de Eduardo Pintos, Emiliano Ramos, o Gari, nombres que a lo largo de su vida tuvo que asumir el compañero, quien llego a México en el año 1957 con su familia.

Marcela de Neymet, compartió la vida con Gari por mas de cuatro décadas. Nos habló de aspectos personales que pocas personas tenemos el privilegio de conocer. Interesantes relatos, que poca gente pudo imaginar, no solo por las dificultades de los grupos de comunistas que tuvieron que dejar España debido a la persecución y a las amenazas de la dictadura franquista, sino de la tragedia que puede significar el exilio. La compañera Marcela nos relata que las platicas cotidianas de Gari, le permitieron conocer episodios dramáticos de la vida de innumerables hombres y mujeres con sus hijos e hijas, como refugiados en la entonces URSS y como, pese a las adversidades, lograron salir adelante gracias a la solidaridad internacionalista. Entre ellos, estuvo la familia Pintos

Intervención de Marcela de Neymet (Transcripción de Ruxi Mendieta, adaptada por Luis F. Préstamo)

Bueno compañeros, aquí se ha hablado de que era un poco oscura la información existente sobre el personaje de Gari. Voy a poner luz a esta oscuridad ya que a mi me tocó conocerlo muy bien. Primero hay que aclarar lo del nombre:  Eduardo Pintos, Emiliano Ramos...

Gari nació en Stalingrado en el año 1940, en el momento en que empezaba la Segunda Guerra Mundial y se producía el desalojo de la ciudad. Muchos españoles, sus hijos y sus familias, como la suya, se habían refugiado en ella como exiliados políticos después de la victoria de Franco en España, viéndose obligados ahora a marcharse. Había por entonces entre 25 y 30 mil refugiados españoles en la Unión Soviética. Sus padres habían llegado de España en unas condiciones tremendas. Los soviéticos les dieron a escoger el tipo de actividad en la que ellos podían trabajar.

El abuelo de Gari había sido arquitecto. Francisco Pintos, su padre, a quien llamaban Paco,  escogió primero trabajar en la construcción y mas tarde le dijeron que era mejor que aprendiera a trabajar como mecánico en una fábrica de aviones. Se convirtió en un muy buen tornero de precisión. Podía construir piezas para aviones de una forma increíble. Tenía un buen trabajo, pero en el año 1940, cuando nace Gari en Stalingrado, empiezan ya los rumores de la guerra teniendo que evacuar poco tiempo después. Gari, de dos años, junto con su madre, tuvo que viajar por muchas partes de la Unión Soviética. Su hermana, que había nacido un año después, es dejada por su madre a otra española, mientras preparaban los enseres para la evacuación. Durante el barullo de meterse en el tren, deja de ver a su hija, perdiéndola. La encuentra unos seis años mas tarde, en un hospital, con raquitismo. La habían inscrito con su nombre. Había estado casi seis años hospitalizada. Su madre prácticamente no la reconoce.

Gari y su madre, dando por perdida a la niña, se fueron a través de la Unión Soviética hasta llegar a Samarkanda, casi a orillas de la India, en un viaje tremendo que duraría seis años, vagando por muchos lugares y viviendo en casas prestadas.

El padre se había  incorporado como voluntario al Ejercito Soviético, como muchos españoles aptos para la guerra. La madre iba de pueblo en pueblo, viajando en trenes. Como todos los españoles, su vida la hicieron en los trenes. Bajaban en las estaciones y los niños españoles se acostumbraron a bajar en los andenes. Iban a donde hubiera un mercado para robar la comida que compartirían con sus familiares.

Gari me explicaba cómo tuvo que aprender algunos idiomas que después perdió. El uzbeko y algo de algún otro son un ejemplo. Los niños servían como traductores para las madres y los mayores, ya que los aprendían fácilmente, pero así como los aprendían se les olvidaban ya que los dejaban de usar. Todo esto fue forjando el carácter de Gari. Lo importante era la seguridad y el trabajo, no la pertenencia física a ningún lado ya que durante seis años nunca tuvo un territorio del que pudiera decir «esta es mi casa”.

Acabada la guerra en el año 1946 ya radican en Moscú. Aparece el padre y logran recuperar a la niña del hospital en que estaba ingresada. Es ahora cuando empiezan a vivir como una familia, pero en unas condiciones tremendas. Había que reconstruir Moscú y todo el país. Entre sus recuerdos, Gari me hablaba de la gran cantidad de prisioneros alemanes que trabajaban en la capital. Los niños iban a hablar con ellos e intercambiaban cosas. Me decía que los alemanes les daban anillitos y dominós pequeños de hueso que, por cierto, aquí ya hacían los presos con anterioridad. Los alemanes fabricaban artesanías para poder intercambiarlas y los niños les daban comida (me imagino que las condiciones de los alemanes no eran de las mejores).

Un recuerdo que  Gari  tenia, del que me habló con mucho dolor, fue el día en que se escapo con un compañerito del “dietskii sad” que era el jardín de niños, para irse al bosque. Allí se encontraron una mina explosiva de las que enterraban durante la guerra. La vio y dijo: “no podemos abrirla sin algo que nos ayude, déjame buscar”. Se fue un momento y cuando estaba lejos oyó una explosión. Su compañerito murió. Esto le afectó muchísimo. Todos estos detalles que le sucedieron después de la guerra, forjaron su carácter. Se volvió una persona que colaboraba mucho con los demás. Lo importante para él siempre era el colectivo. La familia le importaba, sí, había aparecido su padre que era un héroe del Ejército y estaba su madre… pero la educación soviética era darle importancia, sobre todo, al  grupo, al colectivo, a los ideales, y eso se refleja en toda la vida de Gari.

Su madre (Mercedes) trabajaba en el Instituto de Lenguas -no me acuerdo ahora como se llamaba- pero ella hablaba varios idiomas y era muy buena maestra. Aquí en México enseñó ruso. Era muy buena maestra. Su padre estaba trabajando en la fabrica de aviones a tiempo completo, porque allí el trabajo era duro. Se educaron, sobre todo, en el colectivo de la escuela y en el colectivo de la vivienda. Ellos vivían en en un lugar en donde estaban agrupados jóvenes españoles que no tenían familiares, que eran muchos. Su padre se había hecho responsable de su educación y de su cuidado. Ustedes se imaginan a muchachos, bueno, niños, que habían llegado a Moscú, sin padres, que eran huérfanos, que había que educarlos y que estaban prácticamente solos. Se crearon pandillas tremendas. Eran ladrones, alborotadores, etc. y su padre estaba encargado de su seguridad. Gari convivio con ellos muchos años. Le enseñaron las cosas buenas y las cosas malas. Por entonces, por ejemplo, casi no había comida. Gari me contó que su madre tenía una canastita llena de huevos colgada del techo. Un día, aprendió a subirse en una silla, agarrar los huevos, hacerles un agujerito y tomárselos. Así fue comiendo todos los los huevos. Cuando su madre quiso utilizarlos, estaban vacíos…

Todo ese tipo de cosas las aprendieron por el hambre, haciendo de ellos gente habilidosa por la necesidad de sobrevivir. También hay que tener en cuenta que cuando  estuvo en este tour terrible de los trenes, su madre enfermó de paludismo y estaban ellos dos solos. El padre supo en el ejército que la madre estaba muy enferma, por lo que le dieron un permiso para que fuera a visitarla. Tuvo que viajar mucho. Gari me comentó que su padre tuvo que vender sus botas para poder llevarles dinero. Y las botas en el ejército eran algo importantísimo. Sin botas no se podía caminar, no podían moverse. Con el dinero les llevó una gallina, hizo caldo, localizó a Gari, fue a ver donde estaba su mujer, le dio de comer, le dejo dinero y tuvo que
regresar al frente. Ese tipo de problemas eran verdaderamente angustiosos y fueron formando el carácter de Gari.

Ya en Moscú, con este grupo de españoles, aprendió muchas cosas. Por ejemplo, para él era muy importante el trabajo en equipo. Todos tenían que ponerse de acuerdo para hacer algo. Aprendió, por ejemplo, a trabajar en los periódicos murales de las escuelas. También practicó deporte.

En el 53, cuando Gari tenia 13 años, parece ser que hubo un evento internacional en donde participó la Unión Soviética. Fueron unos juegos internacionales que se hicieron en Moscú. No tuvieron la relevancia de una olimpiada, pero casi. Desde ese momento, en toda la URSS,  le dieron mucha importancia al deporte. Todas las escuelas y todas las fabricas tenían canchas de tenis, canchas de fútbol, boxeo, patinaje sobre hielo, etc, así que cada persona podía escoger el deporte que quisiera, de ahí que fueran muy buenos deportistas.  Aquí ya quisiéramos que alguien le diera apoyo a algún muchacho que tuviera algo que dar en el deporte. Gari también se formó en el deporte. Hizo muchas pesas y era bueno en la gimnasia olímpica. Una vez nos contó que boxeó con un compañero suyo, cuando estaba aprendiendo a boxear, y le dio un golpe tan fuerte que desde entonces dijo:  “no volveré a boxear porque no quiero golpear a nadie”. Eso también da idea de la humanidad que tenía.

Bueno, yo quería contarles lo de su nombre. Su madre le puso Edgar, Edgar Pintos Mimo. Pintos, por el padre madrileño, y ella se apellidaba Mimo porque era catalana. Edgar se lo puso porque era amante de la literatura y adoraba a Edgar Alan Poe. Los rusos no le decían Edgar, le decían Gari porque les resultaba mas facil. Y con Gari se quedó. Cuando salen de la URSS a México (les contaré por que se van) , el encargado de la embajada les dijo que Edgar no era nombre mexicano, póngale Eduardo. El padre y la madre le dijeron, pues pónganle Eduardo. Por lo tanto en los papeles oficiales figura Eduardo Pinto Mimo. Algunas veces, algún compañero le dijo “Lalo” y Gari se enojó diciendo “eso ya es mucho, yo soy Eduardo Pintos Mimo, hasta ahí! ”. Cuando entró al Partido Comunista (el entró en el 62 ó 63, y yo entré en el 61, un año antes) le decían “métete al Partido” y dijo “espérate, ese es un paso muy importante que se tiene que meditar”. Y lo meditó como un año hasta que se metió. Pero cuando se inscribió , los compañeros le dijeron “eres extranjero, no te has nacionalizado, tienes que ponerte otro
nombre” y, entonces yo le dije:
– pues ponte Emiliano, y me dijo,
– bueno, ¿y el apellido?
– pues Ramos, órale.

Se le quedó Emiliano Ramos. Y como a él no le importaba mucho, dijo “pues si, Emiliano Ramos«. De ahí que tenga tantos nombres.

Bueno, volvamos a Rusia. Cuando Gari empezó a trabajar dentro de las escuelas, sobre todo le gustaba el trabajo en equipo. En la educación soviética las vacaciones no se pasaban con la familia,  iban con los colectivos, con los grupos de colegio o con los grupos de trabajo. Hacían muchas cosas y se iban a trabajos especiales, a conocer lugares como Siberia, etc… Por lo tanto el nunca veraneó con la familia, siempre con los grupos de trabajo. Cuenta que una vez se fue a Siberia con unos geólogos que estaban haciendo perforaciones para ver si había petróleo, minerales, etc. En algunas memorias que escribió, cuenta con detalle todo ese trabajo. Y eso duraba uno o dos meses de vacaciones por lo que aprendió muchas cosas.

En 1953 Franco decreta una amnistía para los exiliados políticos y los padres de Gari  empiezan a pensar en regresar a España.  Los españoles que estaban en la URSS lo toman en serio y muchos deciden  inscribirse en las listas para regresar a su país. Pero hay un problema, internacionalmente hay una dura guerra fría y no dejan volar a los aviones soviéticos por territorios ingleses o franceses. Entonces tienen que volver por  barco y tiene que ser en varias veces. En el primer viaje se fueron de 108 a 120 pasajeros a España y el mes siguiente le tocó al segundo grupo. A ellos les había tocado volver en febrero de 1957.

Empezaron a regresar algunos españoles pero la amnistía no era total. No se permitía volver  a quienes habían pertenecido a partidos políticos, ni a los que habían formado parte del ejercito soviético o del ejército republicano de España. Entonces, muy pocos pudieron entrar a España. La Pasionaria, Dolores Ibárruri, que era la que estaba a la cabeza, la que dirigía al Partido Comunista Español, les planteó que era mejor ir a otro país y desde ahí irse a España, para que no hubiera una conexión tan directa. Pero se necesitaba tener a alguien en ese país intermedio desde donde los apoyaran. La familia de Gari tenia un hermano viviendo en México, Cipriano Pintos. Cuando este señor se fue a la Unión Soviética, a los 20 años de edad, era comisario de una brigada de tanques en la guerra española. Además era comisario político y miembro del Partido Comunista. Hay que decir que los rusos les dieron preferencia a los comunistas para ir a la Unión Soviética pero no todos pudieron ir. Por ello, mucha gente se vino a México, otros fueron a Brasil y a muchos otros lugares. El tío de Gari, Cipriano, se había venido a México y les escribió una carta diciéndoles que tenía aquí trabajo y que por lo pronto vivirían en su casa, si se decidían a venir. Llegaron aquí en los primeros meses de 1957.

Gari había estudiado la preparatoria. En la Unión Soviética eran tres años pero la hizo en uno porque quería irse con sus padres a España.  Así que hizo exámenes extraordinarios, algo legal que allí se permitía para poder salir. Aquí llegó con su título de preparatoriano pero no se lo aceptaron. Tuvo que entrar de nuevo, a estudiar la preparatoria. Y ahí es donde nos conocimos.

Así fue el éxodo, digamos, el camino de Gari. A mi, lo que me interesaba transmitirles a ustedes era la educación soviética que él tuvo. Para Gari lo importante era el trabajo, el colectivo. La Preparatoria Luis Vives era una escuela para refugiados españoles -yo no era refugiada, pero por el conocimiento que tenía yo de la escuela, me gustaba- era muy buena y me metí ahí. Estaba en Tacubaya, en un edificio medio caído. Era una escuela muy pobre y chiquita, los profesores eran de muy buena categoría y  muy buenos intelectuales. El director, un señor al que queríamos mucho, se llamaba Juan Bonet y una vez me dijo: —Oye Marcela, es el colmo, tuvo que venir un ruso para organizar un equipo de voleibol— . Así era, no había deportes en la escuela. Él, cuando llegó, organizó un equipo que lo llevó a competir con otras preparatorias, con el Madrid, con el Williams y con otras escuelas. Tenía mucho éxito. Pero, fíjense, él se comprometió a comprar los uniformes. Todos los muchachos ltenían que darle el dinero. Bueno, pues ningún muchacho se lo dio y eso que Gari y su familia vivían en unas condiciones muy difíciles. Su padre tenia permiso de trabajar, pero el no. Trabajaba cuando salía de la prepa, le pagaban una miseria, menos que el salario mínimo, porque el dueño de la fabrica sabía que no tenía permiso para trabajar. Empezaron a surgir otras posibilidades de trabajo y pudieron vivir más desahogadamente, ya que su padre era muy buen técnico y el hijo aprendió.

Pero, miren, esto es a grandes rasgos lo que quería hablar de él. Del trabajo político ya han hablado y yo quería hablarles de la persona que era Gari.

Marcela de Neymet. Pintora y Antropóloga, compañera de Emiliano Ramos. Militante del Partido comunista Mexicano e integrante de su Comité Central en los años setenta. Autora de una Cronología del PCM (Cronología del Partido Comunista Mexicano, primera parte, 1919-1937).

Asistentes al acto conmemorativo.

Ficha de registro como «Asilado político» de Cipriano Pintos Lacusán, hermano de Franisco Pintos. 
Gari Pintos Mimo.

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