Talento y exilio

La diáspora del conocimiento (Volúmenes I y II)

de Pedro López López, Pilar Nova Melle, Juan Miguel Sánchez Vigil.

Reseña de Pablo Fernández-Miranda de Lucas.

La historia la escriben los vencedores, pero la memoria pertenece a los perdedores −que no vencidos−. No vencidos en la cultura, ni en la intelectualidad, la creatividad, la tecnología y el buen hacer, que no son pocas cosas.

Talento y Exilio son dos libros necesarios para desenterrar digna y honorablemente el conocimiento sobre tantas insignes personas. Para, utilizando el título de Ignacio Taibo (padre) −otro exiliado−  “Parar las aguas del olvido” de lo que no puede volver a suceder.

No es casual que estén publicados por iniciativa de la Asociación de Descendientes del Exilio ya que desde hace años se formulan estudios en torno a la posmemoria de obras escritas por la segunda generación. La socióloga Marianne Hirsch dice: “El trauma de la segunda generación no se vive en relación con el evento que lo provoca, sino en relación con su representación a partir de testimonios orales, escritos y/o visuales que ha dejado tras de sí la primera generación”.

Desde otro punto de vista, la también catedrática Paloma Aguilar, en “Memoria y olvidó de la Guerra civil española”, dice que “el espacio y el tiempo hacen que el trauma del exiliado sea doble; por un lado pierde su grupo de referencia, que se resquebraja y diluye, y por otro extravía las imágenes espaciales familiares, los referentes de lo cotidiano. Además, cuando regresa, la ruptura con su generación y con miembros de sus antiguos grupos es mucho mayor; el espacio ha cambiado tanto que el exiliado apenas se reconoce en las imágenes que a su regreso lo rodean.  Siente que su memoria le ha traicionado y se ve ajeno a un entorno tan largamente soñado y alcanzado”. Y estas dudas se traspasan a sus descendientes que se cuestionan ¿lo que me contó sería real? Razón de más para perseverar en traer todas estas semblanzas pues cumplen una función social muy importante, ayudan a estructurar la experiencia y asegurar la continuidad y la historia real. Y desde luego es una deuda con los exiliados, aunque sea retrospectivamente, para dignificarlos a través de lo que la sociedad debe conocer y reconocer de ellos.

Son numerosos los países en los que recalaron los exiliados que aparecen y desde luego es extenso el de los acogidos en la URSS. El “volumen II” comienza con las semblanza de José Mª Álvarez Posada (“Celso Amieva”), más adelante Encarnación Hernández, Sánchez Arcas, Araceli Sánchez, Pablo Miaja (Maestro de maestros), Agustín Gómez. Está también en el libro Constancio Bernaldo de Quirós

Con estos volúmenes no se acaba el talento y ya la Asociación que lo propulsa anuncia un tercero. Suma y sigue: tarea de futuro. Quizá en él se recupere a Balaguer, al director de teatro Ángel Gutiérrez o a Carmen Castellote y a otros muchos del gran periplo de nuestros exiliados para aprender que este país no puede volver a prescindir jamás de los mejores entre sus hijos. Nadie lo expresó mejor que Max Aub tal como se cita en estos libros:

“Estos que ves, españoles rotos, derrotados, hacinados, heridos, soñolientos, medio muertos, esperanzados todavía en escapar, son, no lo olvides, lo mejor del mundo.

No es hermoso.

Pero es lo mejor del mundo.

No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides”

Habilidades

Publicado el

26 abril, 2022