¿Te acuerdas, Tovarich? De Virgilio de los Llano Mas

Pablo Fernández-Miranda de Lucas.

Virgilio fue uno de los niños de Rusia. A diferencia de la mayoría, en su caso, su padre también  estaba exiliado en Rusia; había sido perseguido ya en 1934 y luego en la guerra fue comisario en el ejército con una larga y comprometida trayectoria de lucha.

Pero Virgilio (hijo) y sus hermanos Carmen y Carlos, estuvieron en La Casa de Niños número 9 y después en la 8, ambas en Leningrado haciendo la misma vida que todos sus compañeros, aunque con la ventaja de la cercanía de su padre al que siempre estuvieron vinculados.

En su libro, además de narrar sus experiencias infantiles, escribe sobre su larga trayectoria profesional salpicada de los acontecimientos y trasformaciones económicas y políticas en la URSS a lo largo de las décadas, lo que aporta un punto de vista diferente y muy interesante.  

Fue ingeniero hidroenergético  de la primera promoción universitaria de esa especialidad. Un dato curioso: de los 45 de esa primera promoción, 23 eran españoles,  5 mujeres y 18 hombres

El autor va dejándonos su visión de las cosas, a mi forma de ver ponderada y crítica a la vez. No deja de observar y condenar, por conocimiento directo, los casos de represión de condenas injustas en campos de trabajo, así como la burocracia que con el tiempo se va corrompiendo cada vez más. Pero a la vez es un hombre comprometido con el socialismo. Estuvo en Cuba en los momentos más críticos y aunque su puesto era técnico no dudó en colgarse un fusil al hombro.

También llama la atención que sus críticas a la nomenclatura no le impiden pronunciarse sobre un tema controvertido en lo que respecta a los dirigentes del PCE en Moscú y concretamente a La Pasionaria y que tiene que ver con la vuelta que hicieron varios españoles por cuenta propia retornando desde Samarcanda a Moscú  tras la evacuación cuando a varios, entre ellos al autor, les bajaron de un tren a medio camino por no llevar billetes y los que sí pudieron  llegar trasladaron el problema a Ibárruri; dice De los Llanos: Dolores siempre fue Dolores: para ella no había pequeñeces cuando se trataba de los niños españoles que residíamos en la Unión Soviética . Sé que no todos opinan igual, pero oigamos todo.

No es condescendiente en absoluto, en una de las frases dice: Unos viven del socialismo y otros viven para el socialismo.

Unos años después de jubilarse acabó volviendo a España con su mujer, hijos y nietos y se afincó en levante. Fue de los que se quedó, como tantos, sin apenas pensión de Rusia tras tantos años de trabajo altamente cualificado.

Eso no le impidió como dice no arrepentirse y poder disfrutar del mar Mediterráneo junto a sus seres queridos hasta su fallecimiento, ni decir como colofón: Nuestros hijos y nietos trasmiten al porvenir nuestra genética de la sangre común: la vertida en la lucha conjunta contra el fascismo y aquella viva con la que laten los corazones humanos.

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Publicado el

31 mayo, 2020