Memorias de Rusia, de Manuel Arce.

Los niños españoles que durante los años del hambre –durante la 2ª Guerra Mundial en la Unión Soviética− robaban gallinas, se han convertido en hombres y mujeres hechos y derechos, buenos profesionales, personas trabajadoras y honradas. Son palabras del autor en la contraportada de su libro.

Él mismo es una muestra perfecta de lo que dice. En aquellos años pasó tanta hambre que cuando le ofrecieron varias alternativas para trabajar, cuando oyó ‘frezernyy’ –fresado, de fresadora− lo asoció con algo donde habría fresas −de fruta− y se apuntó sin pensarlo más. Después se convirtió en uno de esos buenos profesionales a pesar de las dificultades excepcionales con las que tuvo que bregar. –en su adolescencia un accidente de tranvía le dejó sin piernas. Se hizo un destacado médico. En el año 1966 retornó a España y ejerció la medicina y odontología. De su bonhomía y  compañerismo sirva como ejemplo la creación de la Fundación Nostalgia que presidió y cuyo objetivo era conseguir ayudas para los españoles que se quedaron en la URSS y también el reconocimiento institucional de la memoria de los “niños de la guerra”.

La narración está plagada de aventuras, anécdotas y curiosidades frecuentemente relatadas a través de un tamiz de humor que trasluce su personalidad. Aun hoy, con 91 años cumplidos en 2020, su sonrisa ensancha su rostro hablando con alegría emocionada de sus recuerdos y compañeros.

Pablo Fernández-Miranda

Habilidades

Publicado el

21 abril, 2020